Y volviste al oropel

Vladimir Huber > Poesía > Y volviste al oropel

Madrid, 3-11-75

Y volviste al oropel

Por Vladimir Huber

Pienso en ti
me acuerdo de aquellas tardes de amor
Madrid, tú y yo
aunque de por medio
hubieran mil personajes
No nos importaba
dábamos
y por el tiempo que fuera a durar

Tú ibas saliendo
de esa dureza y falsedad
de ese mundo de oropel
que te hacía sentirte segura
pero con el fantasma del hastío
del vacío, de la superficialidad
y de la mentira
carcomiéndote las entrañas
Esas entrañas, que hasta físicamente
se trataban de tener en pié
pero difícilmente lo conseguían

Eras dura
como una mañana de invierno
ya que vi en ti ese encanto
de los musgos pintados de blanco
en un amanecer húmedo
pero también, de ti se recibía
el golpe frío de esa misma mañana
y era lo que mostrabas
golpeabas y fuerte, a todos al pasar
mitad mujer, mitad duende
con tu sonrisa maliciosa
irradiando bienestar
pero, ¿y a cuántos convencías?
a muchos, a casi todos
a mí no me convenciste
y te lo dije, lo que te sorprendió
como tampoco a nuestro hermano
el de la sonrisa de niño
y tanto actuar, y pretender
y sonreír, y…
para luego llegar a casa
y encontrarte con el mismo vacío
en tu alma adolorida y apaleada
que cuando saliste de mañana
¿Para qué?
Pregunta lanzada al viento

Viste otra vida y la viviste
pero era demasiado el lastre
demasiados años atada a lo material
a lo finito, a lo que esclaviza
Muchos años viviendo de la ilusión
del engaño de la ropita y el cochecito
del bar y los cocktail parties
de la sociedad esa falsa sociedad
que cual droga te carcomía
hasta las mismísimas entrañas
pero no podías dejar
te tenía atada, y bien atada
ya el tiempo lo iría mostrando
el lastre pesaba mucho
habían sido muchos años, con mucho oropel
demasiado brillo ilusorio
y tarde o temprano, se notó
no había reclamado
pero a medida que te ibas liberando de cadenas
que no te habían permitido siquiera amar
ya que no has amado
ese lastre reaccionó, y con fuerza
y poco a poco te fuiste recogiendo
te fuiste arrepintiendo
te fuiste sintiendo incómoda
quizá también, por miedo
a meterte en profundidades
de las cuales te costaría el alma salir
y quizá, los dos sabíamos
que tarde o temprano se acabaría
Aparte de contarte de ella
te mostré lo que había escrito
no te gustó, y claro, ¿cómo te iba a gustar?
pero te enteraste, ya que quería que lo supieras
también me contaste de tu amor
al menos no hubo engaño

Y ahora, ¿qué haces?
¿pretender que la vida te sonríe
y engañar a todos con el mismo personaje
que interpretaste por tantos años
y te llevó a vivir todo lo que viviste?
¿Es que acaso no te bastó con vivir
tantos años frustrada y triste
sola, en tu mundo lleno de gentes
que sonreían como tú, y que
tenían como tú el alma destrozada?

Sé que nuestros mundos son diferentes
hablo en lo dual, en lo ilusorio, en lo normal
pero, ¿cuánto de masoquismo puede haber en ti
como para retornar al mundo de los enanos
que se ven como gigantes?
Entre los enanos
nunca te darás cuenta de lo que puedes dar
ya que siempre te sentirás un gigante
¿Te da miedo salir?
¡¿Y a quién, no?!