Puerto de la Cruz,
Tenerife, Islas Canarias, 4-12-74

Palabras para una reina

Por Vladimir Huber

Eres la reina de las flores
y a tu paso las miradas acuden como moscas a la miel
Halagada sonríes en tu interior, y te comprendo
pero quien no comprende su daño, eres tú
ya que te va hundiendo, desubicando, alejando
de eso que crees en el fondo de tu alma
y que aflora en los momentos de paz y madurez

¡Pero cómo te quieres hacer la olvidada, muchacha!
yéndote a refugiar en alguien que te jura amar por siempre
tan solo como tú, quien también busca refugio
Unidos en desgracia
pero ambos aparentando ese brillo que encandila
que no se confunde con la luz que ilumina

Una vez te hablé de Marilyn
y tú me preguntaste que qué había de interesante en ella
Te conté que ella también reinó como tú
mas no pareciste entender, aunque no lo creí
Te conté, además, que fue una flor
a la que por brillar tanto, su propio brillo terminó por quemar

Un día leyendo más sobre ella
me enteré que al morir, bastante se demoraron
en reclamar sus carnes muertas
que se comenzarían a descomponer
Es que ya no tenía el brillo embriagante
de una puesta de sol en alta mar