Viña del Mar, 18-4-73
Océano y cielo se juntan para abrazarte
Por Vladimir Huber
En tu soledad te aferras a un tablón
Salvación momentánea que te encadena
a quizás otras soledades
creyendo haber logrado llegar a resguardo
del eterno fantasma que sólo desaparece
cuando tienes a tu mano, otra mano
Esclavitud en tiempos modernos
Dices creer en el amor, en ese que te encadena
Palabras, que luego de dichas nos hieren
Preguntas, promesas, dudas y penas
para luego desilusionarse de alguien
que jamás existió
Te arremolinas entre quietos arbustos
mas, no escuchas el llanto colectivo
que algún día te ha de coger a ti también
sumiéndote en la ilusa calma de la normalidad
Te das vueltas y miras, retozando
no creyendo comprender la causa de tu soledad
Cuando creías haber llegado a tierra firme
nuevamente caíste en el vacío, a flotar
Todo no fue en vano, y creo que lo sabes
Un ave vuela para luego posarse en un árbol
luego del apoyo momentáneo, debe partir
Sabe que se enmohecería si dejara de volar
pero asimismo, va a su árbol por un respiro
Pájaro nocturno, tú que vuelas hacia las alturas
dime si desde el aire ves las olas del mar
Océano, agua inmensa que observa el vuelo
Paz azulada que va a juntarse con el cielo
Tú en el medio, mezclándote, uniéndote
Ya no es sólo una mano, lo que te permite volar libre