Barcelona, octubre, 76

Llegarás a ser como una flor

Por Vladimir Huber

Te fui a dejar al tren
iba tranquilo, pero luego de despedirnos
me fui interiorizando, y sintiendo
pensando, haciendo un balance desde que nos conocimos

Mi habitación fría, con lo dos anafes en un rincón
el armario, lleno de comida integral
y el ruido y soledad de Madrid
en ese inconfundible uniformismo de sus gentes
luego de tantas décadas de silencio y frustración

A veces llegaba a casa, cansado del trabajo
y allí te encontraba, con tu cara alegre y despreocupada
qué alivio, una noche sin hablar con las paredes
la eterna soledad del buscador errante
y te invitaba a cenar judías, como dicen aquí
pero de las negras, que nutren más
arroz integral y una ensalada para acompañar

Te sentabas en la cama, a falta de muebles
mientras yo preparaba la cena
me contabas de los niños a los que les enseñabas inglés
de lo mucho que te hacían rabiar
pero también, de todo el cariño que sentían mútuamente

Luego, te ayudaba salir del caparazón en que te encontrabas
y poco a poco ibas desnudando tu alma
como pocas veces lo habías hecho
acostumbrada a que muy pocos te escucharan
y a la vez, te comprendieran
Hablabas, y me gustaba mucho escucharte
me contabas cosas que no sabías por qué decías

(Continuación) Barcelona, 8-11-1976
Ya han pasado unos meses
pero tu recuerdo está presente
como ese sol que entra por la ventana
dándome en la cara y calentando la habitación

Me escribes y cuentas de tu vida, sana y alegre
aunque a veces tienes tus momentos de depresión
nos pasa a todos, eso lo sabes
me dices que luego de meditar, te sientes mejor
es una herramienta que tienes a mano
con la cual ganas independencia
a nadie se la has de pedir y por ella no has de pagar
desde que te la dieron, de tu uso, es

Te costó creer que la vida, pudiera ser así de hermosa
es que lo bello, muchas veces da temor
que, ¿por qué será?
bueno, llevando toda una vida a cuestas
entre la soledad y la incomprensión
uno termina creyendo que así debe ser
que para eso se llegó a este mundo
poblado de islas humanas
vanamente intentando poner puentes en el exterior
cuando la única unión va por dentro
que es allí en donde está la separación

Y miraste dentro, y comenzaste a ver
tu ceguera no era definitiva
sino que era parte de la ilusión
ya puedes ver, el mundo está frente a ti
porque tu mundo, el interno
has comenzado a vislumbrar

Ahora es cuando no debes temer
porque has alcanzado lo mayor
has podido, o te has decidido
a mirar al interior

Estás lejos, pero sigo de cerca tu evolución
tal como veo la planta que tengo al frente
siempre buscando el sol, nutriéndose del aire
si parece que hubiera conocido a Gandhi
y que este le hubiera enseñado a nutrirse de «prana»
es que las plantas son como humanos evolucionados

Sé que algún día no muy lejano
te nutrirás del aire y conversarás con Gandhi
sí, ese señor bajito y enjuto
que una sábana y un par de sandalias
las usó de armas en un guerra de liberación
es que hay veces que la fuerza
va más allá de lo perceptible
quizá sea porque es muy poco lo que podemos percibir

¿Qué planta te gustaría ser?
¡Qué importa!, ¿verdad?
Las plantas son seres, que a la luz miran
que del aire, comen
que de Gandhi, aprenden

Una flor es una flor
y los humanos, hacia ella, van

La búsqueda es en sí un hallazgo Barcelona, 4-10-1976