Madrid, Diciembre 1975
La niña de los ojos buenos
Por Vladimir Huber
Tus ojos buscan
en la oscuridad de un mundo impasible
Tus ojos de niña buena
dulces y humildes
Tratas de mirar al interior
pero te ha costado decidirte
quizá muchas desilusiones te han echado atrás
Suenas y añoras
un mundo que conociste de niña
pero lo ves como algo infantil, irrealizable
muy distante para lo real
para la realidad, que en realidad es ilusoria
y que como espejo trucado
te deforma un mundo que quisieras captar
pero que se te escabulle de las manos como el agua
A lo mejor, si dejas de tratar, la captas
A lo mejor, si dejas de correr, la alcanzas
te alcanzas, te hallas
porque las estrellas estarán en el cielo
adornando el firmamento
pero así también, en ti hay todo un universo
que no lo has visto, no lo conoces
porque los espejos trucados, la niebla
la prisa y el querer poseer, te lo impiden
y ¿cómo?
¿Te puedo yo decir cómo palpita tu corazón?
¿o qué sientes en las frías noches de invierno
cuando nadie cobija tu cuerpo
y a nadie tienes para cobijar?
¿Te puedo…?
Es tu sentir, tu vibrar; tu sufrir, tu gozar
Es la soledad que llevas, aunque compartida por todos
como tú la sientes, la sientes tú
Yo siento la soledad de otra manera
No soy tú, aunque puedo vibrar por lo que vibras tú
es tu camino, y ese es el que debes recorrer
porque te está allí esperando
aunque aparentes no entender
porque entiendes, quizá más de lo que quisieras
¡es que ser bruto, es tan cómodo!
Y como te has dado cuenta
estás entre que das el paso y que no
Nadie te apura
pero, ¿se puede esperar toda una vida?