Madrid, dic., 1975
A Juan Guzmán Cruchaga
Por Vladimir Huber
¿Qué pueden cantar los poetas
ante lo que ocurre en el mundo?
¿Cuánto se les deja balbucear
si es mucho lo que hay que denunciar?
Preguntas gastadas, a oídos caducos
la fuerza de un oleaje, quizás
logre destapar
Vendrán niños, lágrimas y tempestades
pero entre todo ello
el canto de los poetas se debilitará
sólo en lo eterno, ya que el grito gutural
a que el mundo nos obliga
se irá forjando desde muy dentro
para estallar en un canto de flores
alimento vital, al árido corazón humano