Espera, papá

Vladimir Huber > Poesía > Espera, papá

Atlantic City, New Jersey, 21 de marzo, 1972

Espera, papá

Por Vladimir Huber

Llegó en una carta,
como muchas otras cosas.
Fue una sorpresa,
aunque, yo sabía.
Me hizo sentir triste,
imaginar que nunca iba
a volver a verte.
Hizo más fuerte
la visita después de Navidad.
Te veré, viejo,
ten la seguridad.
Sólo te pido, por favor, no te vayas
antes de que yo llegue por allá;
eso sería muy triste.
Prométeme
que me esperarás.
Tengo que estar contigo,
y ahora estaremos juntos.
Estaremos unidos,
en espíritu
y hablando el uno con el otro,
como nunca lo imaginamos.
Puede que tú llores,
puede que yo llore,
puede que todos lloren,
pero serán
lágrimas de felicidad;
las lágrimas que
no pudimos experimentar antes.
Principalmente, vimos
las lágrimas húmedas y pesadas
de tristezas y malentendidos.

Tienes que esperarme.
Tienes que recibirme.
Tienes que vivir
nuestra unión, por fin.
¿Puedes ver, que
he estado esperando por esto
toda mi vida?
Cuando solía estar triste y asustado,
solía pensar
en momentos como este,
tú y yo
abiertos el uno al otro,
y teniendo ese sentimiento
de calidez y cariño.

Papá, tienes que esperarme.