Santiago, 18-3-73
El río llegó al mar
Por Vladimir Huber
Al menos no dijimos «te quiero»
Al menos no hubo promesas ni ilusiones
Fue bello y corto, pero violento
Violencia con ternura frustrada
Ya el sol se ha puesto
Ya el sol no cantará a tu ventana
Muchas sonrisas y caricias faltarán
Pero en el aire tú respiras un dejo de libertad
Reíste, te enojaste, miraste asustada
No comprendíamos todo lo que pasaba
Y bastante pasaba, aunque no fuera en lo físico
Tú ausencia con tristeza, abrazándome con frialdad