El fuego y el humo

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Institute of Imaginal Studies

Recuperar el fuego, dejar ir el humo.

escrito en inglés y traducido al español por Vladimir Huber
marzo-abril, 2000 enero, 2001

I. El fuego y soltar la mano del bebé

Cuando era pequeño me gustaba jugar con cerillos. Me fascinaba la luz que aparece al encender el cerillo. En ese tiempo, en Chile los cerillos eran de madera. El poder de la llama envolviendo la madera, consumiendo todo lo que toca, limpiando, purificando y, si yo no tenía cuidado, causando mucho dolor. El fuego era algo que no sólo me gustaba, pero algo que yo respetaba profundamente.
A mis padres no les gustaba mucho verme jugar con cerillos. No sólo porque podría quemarme, sino porque las consecuencias de los juegos infantiles con cerillos le eran muy familiares a mi padre. Él era un bombero voluntario, así que estaba enterado de un sinnúmero de casos de niños que prendían incendios y, lo que es peor, de niños quemados por su fascinación juguetona con el fuego. No, mis padres no disfrutaban de verme jugar con cerillos.

Al pasar del tiempo, observando una chimenea, mientras las llamas consumían los troncos, el humo saliendo por el tiro de la chimenea, buscando una salida, tratando de alcanzar a los dioses, mostrándonos el camino a los cielos, ha mantenido vivo mi interés por las llamas. El fuego ha tomado otros significados, otras atracciones que nos ofrece, ya que no juego más con cerillos.
He visto al fuego como el ejecutor de la muerte necesaria de lo viejo, de las cosas que a veces no queremos dejar ir, de aquellos aspectos de la vida a los que nos aferramos, como un recién nacido que no está seguro de dónde está su mamá, apretando su mano a la de alguien más, porque esa mano es lo único que le hace sentir cerca de su madre. Así, el fuego nos lleva a abrir las manos, a dejar ir, no porque queramos, sino porque no tenemos otra alternativa, después de luchar por mantener a aquellos que amamos con nosotros. Abrazando de una forma que no deja lugar para escapar, abrazando con tal fuerza que duele, pero que al mismo tiempo nos ayuda a sentirnos a salvo, como si esa persona o ese aspecto nos ayudara a sentirnos completos, en paz, en armonía. Y así nos adentramos en el fuego purificador que lo consume todo, y nos liberamos. La liberación nos envuelve, la espada del fuego nos toca en la frente dejándonos saber que sin importar la fuerza de la mano, el bebé en nosotros tiene que soltarla. No es algo que podamos elegir, es asunto de vida o muerte, del día y de la noche, de abrir y cerrar, como si fueran distintos. Incluso así, con la liberación viene la síntesis, y aceptamos la comunión de las polaridades, la unión de los extremos, el matrimonio de aquello que debería estar separado. Y así vemos la luz de un nuevo camino, la luz del fuego.

II. Información natural acerca del fuego

El Diccionario No Resumido de la editorial Random House dice que el fuego es,

“1. un estado, un proceso, o un caso de combustión en el cual combustible u otra substancia es encendida y combinada con oxígeno, dando luz, calor, y llama…
3. la quema destructiva de un edificio, pueblo, bosque, etc.; conflagración.
4. calor usado para cocinar, especialmente el quemador de la cocina.
5. Ver Fuego griego.
6. luz relampagueante; apariencia luminosa.
7. brillo, como el de una gema.
8. pasión ardiente; excitación o entusiasmo; ardor.
9. vivacidad de la imaginación.
10. fiebre o inflamación.
11. prueba o problema severos; experiencia penosa.
12. exposición al fuego como una forma de tortura o experiencia penosa.
13. fuerza, como la de una bebida alcohólica…
18. Literario: un objeto luminoso, como una estrella: fuegos celestiales…
23. Pasar por fuego y agua, afrontar cualquier peligro o resistir cualquier prueba…”1

Y para fuego griego nos dice… “1. mezcla incendiaria de composición desconocida, usada en la guerra en la época medieval por los griegos bizantinos.”2
En la temprana mitología griega el fuego está presente, como en la cueva en que nace Zeus, lo que era considerado un secreto, como lo menciona Carl Kerényi en Dionisio.
“Sólo lo que no podía ser negado –el fiero resplandor que sale de la cueva– fue reconocido abiertamente, en realidad, registrado en el calendario. En un sentido puramente formal la situación es la misma que en los Misterios de Eleusis; en estos, el fuego tampoco se podía mantener en secreto. En Creta se dio una explicación mitológica al culto del fuego, consagrado en el calendario, cuyo resplandor emergía de la cueva: específicamente, que exactamente en ese momento la sangre que había sido conservada en la cueva después del nacimiento de Zeus ‘se derramó’ o ‘alcanzó el punto de fermentación’. Esta última traducción proviene del hecho que zein también significa fermentar”.3
La fermentación es un proceso que requiere cierta temperatura para que los distintos componentes químicos cambien gradualmente a un componente deseado con un cierto color, sabor y aroma, entre otras características. En términos de color, el poeta habla acerca de tener the blues, que se podría traducir como estar en un período azul, con tristeza, y que ha llegado a ser un género musical. También, el poeta menciona los colores del arco iris, con la olla de oro en uno de sus extremos. En términos de sabor, a medida que nos acercamos a nuestras metas podemos decir que la vida se vuelve más dulce. Cuando, después de un gran acontecimiento con todo tipo de obstáculos, llegamos finalmente al otro borde del tortuoso río, podemos detectar que el aroma de la primavera está con nosotros.
La fermentación es un proceso lento, y en ocasiones, intenso. Es necesario conocer el proceso, tener determinación, valor, amor a la vida, sabiduría, deseo de vencer obstáculos, aceptación de que es posible que debamos comenzar de nuevo en una dirección completamente distinta, y muchas otras cualidades como estas. Una sobresale, y eso se reconoce como paciencia. Sin ella, lo demás pierde significado. Se convierte en algo sin valor. Y lo curioso es que con paciencia, que de alguna forma se puede definir como la voluntad de esperar por el momento preciso, en vez de hacerlo cuando queremos –las cosas parecen moverse más rápido, y también, en la dirección adecuada. Por lo tanto, no tenemos que realizar la misma acción una y otra vez. De alguna manera, debido a que el momento es el oportuno y la energía es la apropiada, las cosas parecen estar en un carril especial, en una pista especialmente diseñada para nosotros, como una vestimenta hecha a la medida por un sastre, con nuestras especificaciones. En ese momento, sabemos que estamos viajando a la velocidad de la vida. A propósito, se relaciona con la teoría de la relatividad de Einstein, ya que estamos a una velocidad cero, a pesar de ir muy rápido, cuando usamos, como en este caso, la vida como un punto de referencia. Ese momento, cuando hemos aceptado el fuego interior, lo podemos describir como un dulce arcoiris en medio de la primavera.

El fuego secreto está presente en el lugar de nacimiento del dios griego mitológico más famoso, Zeus, y luego, usado como una forma de combatir el fuego con el fuego, cuando Iakchos, un hombre divino, fue sepultado:

“Este hombre también puede haber sido una figura divina. Se ha dicho que suavizó el poder fogoso de Sirio a comienzos de su ascensión, y por lo tanto, haber exterminado las epidemias que azotaban en esa época. Después de su muerte, él fue sepultado en una tumba con templo, y cuando los ritos sacrificatorios fueron completados, los sacerdotes tomaron fuego de su altar y lo transportaron a varios lugares, aparentemente, en un ritual mágico dirigido en contra de los poderes destructivos de la estrella. A través de Dionisio este fuego fue transformado en ‘la luz pura del verano.’”4

Muchas culturas han usado el fuego en sus prácticas medicinales. En la medicina china el fuego es considerado uno de los cinco elementos necesarios para lograr un equilibrio en el cuerpo, con el fin de lograr la salud. Dionisio, en la tradición griega, también usó el fuego como una herramienta sanatoria:
“En la figura de Iakchos, la conexión de Dionisio con la luz y el fuego fue preservada. ‘El fuego es un arma dionisia’, dice Luciano. Los bacantes eran capaces de transportar el fuego en el pelo. En la Antígona de Sófocles, el coro le pide a Dionisio, ‘que lidera el círculo de estrellas que esparcen fuego’, que cure a los enfermos de la ciudad de Tebas.”5

El pelo es un adorno sexual, una parte del cuerpo que se debe cubrir, de acuerdo a lo que señalan ciertas culturas y religiones, lo que se le recomienda especialmente a las mujeres, con el fin de que no tienten a los hombres. Así y todo, los hombres, tradicionalmente han usado sombreros como una forma de no mostrar su pelo, y lo han mantenido corto y aplanado con todo tipo de lociones para el pelo. En las fuerzas armadas, es lo primero que se le quita a los hombres, como una forma de quitarles su individualidad, su poder, como le ocurrió a Sansón, que perdió el poder cuando perdió el pelo. Y el poder del pelo es sanador, ya que lleva el fuego, el poder interno, la energía sexual que muchos temen, pero que muy pocos conocen en profundidad, tal como es usado en muchas culturas, como un camino espiritual, como una fuerza sanadora.

Esta fuerza sanadora crea una transformación espiritual, promoviendo todo tipo de procesos en el cuerpo, muchos de los cuales eran considerados parte del misterio de la vida y su evolución. A medida que pasó el tiempo, el fuego fue considerado como la base de cualquier actividad humana significativa, debido a que cambió civilizaciones al cocinar los alimentos, forjar el metal, calentando los hogares. Erich Neumann lo describe en La Gran Madre, al mencionar que, “las experiencias de hambre y saciedad, sed y apaciguamiento, refrescamiento, y placer que se logra al satisfacerlos, son en realidad, más comunes que las experiencias de substancias intoxicantes, venenos, y medicina; pero, forman la fundación de la experiencia del misterio de la transformación de los alimentos, que se encuentra bajo todos estos fenómenos. A esta esfera pertenece también la modificación de los alimentos naturales por el fuego, y los correspondientes procesos de hervir, asar, tostar, y los demás. Todos ellos son logros culturales cruciales de la humanidad; aún más, son la presuposición de toda cultura humana.”6

Refiriéndose a La Gran Madre, Neumann menciona a la polaridad del fuego, las dos versiones del mismo elemento, el positivo y el negativo, antes que aceptemos la fuerza unificadora de los elementos de la vida. La polaridad es nuestra existencia diaria, tal como se nos la enseña, a medida que repetimos esa lección a los demás, a las generaciones más jóvenes, a nuestros familiares y vecinos, como la verdad obvia de la vida, sin considerar si es que hay un aspecto unificador en esto. No es una consideración que generalmente aceptemos en nuestra consciencia de nuestros alrededores internos y externos. Esta es la polaridad a la que Neumann se refiere cuando explica que, “la diosa no es solamente el vehículo de la Gran Redondez; ella también es la dinámica de la vida contenida en la misma. En Egipto como en India y en la alquimia esta dinámica se manifiesta como fuego y calor. Este fuego puede ser devorador y destructivo, pero también puede ser el fuego positivo de la transformación.”7

La polaridad de un elemento, tiene las características que pueden llevarnos a una visión unificadora, si es que lo permitimos. Este simbolismo no toma la misma forma en todas las tierras, culturas, visión del mundo, como en Egipto, en donde…
“El simbolismo del fuego es generalmente asociado con otra forma de la Gran Diosa, el Bast con cuerpo de gato, y la diosa leona Sekmet. La diosa leona simboliza el aspecto negativo, devorador del fuego y sol del desierto, el ojo solar que quema y juzga; mientras que Bast, pese a que es una diosa del este, no es una diosa del sol, sino que de la luna. Porque la luna, al igual que el sol, nace en el este y muere en el oeste.”8
La polaridad es unificada cuando dos personas se juntan, como en el acto sexual, en la unión carnal, como cuando dos almas se derriten a sí mismas por medio de la conexión obvia de sus expresión material, su cuerpo, pero, con mucho más que ofrecer en otros niveles si nos permitimos sumergirnos en otros campos, tal como la sexualidad es vista en otras culturas. Por lo que, por supuesto, la sexualidad no puede quedar fuera del cuadro. Sin esta, tal como lo sabemos, no estaríamos en la Tierra. Y en este planeta, tenemos un sistema patriarcal en funcionamiento, el que no siempre ha sido el preponderante. Las mujeres y el fuego han estado unidos por muchos siglos, pese a que nuestra cultura se ha olvidado de ello. ¡Oh, con facilidad nos olvidamos! Por lo tanto, cuando el aspecto matriarcal entra en el cuadro, el fuego tiene su lugar.

“Este simbolismo matriarcal de los cielos sobrevivió en Egipto por miles de años después de que la teología solar patriarcal se transformó en la visión oficial del mundo. Encontramos una situación correspondiente en México, en donde el polo celestial fue considerado como el ‘agujero’ en el cual se insertaba el barreno para hacer fuego.”9

De acuerdo a Einstein, el cambio es lo único permanente, lo que en un comienzo suena como una contradicción, pero poco a poco cobra sentido en la medida que gradualmente aceptamos el cambio en nuestras vidas, así como vemos que el movimiento no tiene que ser desconcertante, sino que algo que busquemos. Así y todo, los estudios muestran que el cambio es vivenciado como un factor estresante en la mayoría de las personas, ya que nos aferramos a lo que nos resulta familiar, por lo tanto, evitando el cambio, a veces a cualquier costo. Es una opción perdedora, ya que el cambio es inevitable. Estamos luchando en contra de la vida. Estamos utilizando demasiado ego para nuestro propio bien. La montaña puede verse débil, pero si continuamos golpeándonos la cabeza en contra de ella, lo más probable es que la cabeza termine dañada. La montaña no será movida en cuanto a un desplazamiento físico. Puede ser movida emocionalmente, según los pueblos nativos norteamericanos, que consideran que la Naturaleza tiene sentimientos. Por lo tanto, a no ser que aceptemos el cambio, no podemos recibir el progreso, la sanación, el goce de la vida. La transformación interna producida por el fuego, también puede ser representada en términos bien concretos, tal como Neumann menciona que,
“Con el uso del fuego como el símbolo e instrumento de la transformación, el vehículo, también, es transformado; este es el origen de la cerámica. Y ahora comienza a ser mejorada al freír, asar, y hervir. Un desarrollo posterior es el horno para asar, íntimamente ligado a los misterios de la agricultura: grano y pan. Por lo tanto, lo Femenino se transforma en el recipiente de transformación, y en los misterios primordiales yace las fundación de la cultura humana, que es la naturaleza transformada.”10

Cuando trabajamos o jugamos con la greda, las figuras, ollas, o cualquier otro objeto que hagamos tiene una cierta fortaleza, durabilidad, lo que nos permite llevar a cabo ciertas actividades con estas piezas. Pero, no son muy durables, a no ser que las pongamos en el horno y las cozamos. El fuego transformará esa piezas frágiles en unos recipientes más fuertes. Su mensaje es, «Permítete entrar en el fuego transformador, porque serás más fuerte». Nada queda igual después de un encuentro con el fuego. Nuevamente en la sexualidad, el varón entra en el horno de la mujer. El fuego ya está allí, descansando, encendiéndose con el encuentro.
“El principio luminoso del varón es vivido por la mujer de dos formas, como fuego y como luz más alta. En esta conexión, el fuego que en todas partes cuida la mujer es fuego bajo, fuego de la tierra y fuego contenido en la mujer, lo cual el hombre sólo tiene que ‘barrenar’ en ella para obtenerlo. La libido que se enciende en llamas en la sexualidad, el fuego interno que lleva al orgasmo, y que tiene su correspondencia alta en el orgasmo del éxtasis, es en esta manera un fuego que yace ‘en’ lo Femenino, que sólo necesita ser activado por lo Maculino.”11

El acto sexual es comparado al acto de hacer fuego, lo que puede tener dos resultados para el varón.
“Esta asociación es probablemente tan antigua como el acto de hacer fuego, lo que es comúnmente es interpretado como un acto sexual, con el fuego que sube, o en realidad, que nace en la madera femenina. Para la humanidad primitiva, la fricción no ‘hace el fuego, sino que sólo lo llama. Por lo tanto, de forma arquetípica, el ‘calor’, el ‘ardor’, de la mujer también puede aparecer como un poder destructivo y diabólico que quema al hombre.»12

El hijo divino es interpretado como la luz, el fuego, o relacionado con la divinidad, en varias culturas, tal como el fuego estaba presente en la cueva en la cual Zeus nació. Y en algunas culturas la sexualidad está relacionada con lo divino, por lo tanto, el fuego y lo divino caminan de la mano. Es algo que a la mayoría de la gente de Occidente le puede resultar extraño, ya que la divinidad es generalmente asociada con el celibato, al punto que la sexualidad se transforma en algo que debe de ser escondido, y ojalá, evitado.
“El dios del fuego de la India, Agni, también es llamado ‘aquel que se hincha en la madre (en la madera del fuego)’. Y en todos lados el significado de la luz y del fuego es atribuido al hijo divino, hasta Cristo, que dice: «Aquel que esté cerca de mí está cerca del fuego’ y ‘Parte la madera y estoy allí.’”13

El fuego y la fertilidad simbolizan la unión sexual.
“Una y otra vez, la oscuridad de lo Femenino nocturno es encendido y fecundado por el fuego y la luz; e incluso cuando el abrazo luminoso significa un matrimonio de muerte para la mujer, es una muerte transfigurada en un nuevo nacimiento.”14
En términos de adicción, el fuego aparece en varias versiones de su significado, dependiendo de qué tipo de adicción estemos hablando. Primero que nada, si me puedo permitir ser arrogante, estoy en desacuerdo con el gran Fyodor Dostoevsky, cuando dice que, “Sin el sufrimiento, la felicidad no puede ser entendida. El ideal pasa a través del sufrimiento como el oro pasa a través del fuego. El reino de los cielos se logra a través del esfuerzo.”15 Lo veo como una adicción judeocristiana al sufrimiento en todas sus formas. Sí, podemos aprender del sufrimiento, pero no lo veo como un requerimiento para una vida plena, de gran riqueza interior, con la felicidad como uno de sus ingredientes. Sin embargo, se convierte en una profecía autocumplida de que encontraremos sufrimiento en gran cantidad, si lo hemos considerado como uno de los requisitos para la felicidad. Llegará, y tal como ocurre con cualquier obsesión, no estaremos satisfechos hasta que la encontremos, y una vez que la hayamos encontrado, no la dejaremos ir. Es una adicción al dolor, hasta que pasemos por otros tipos de fuego, los que, a lo mejor, nos pueden ayudar a liberarnos de tales obsesiones como el dolor y el sufrimiento, si es que ese momento de liberación llega, o si es que estamos dispuestos a buscarlo. Y cuando llegue, si es que estamos dispuestos a aceptarlo, abrazarlo, incorporarlo en nuestras vidas. Muchos si es que esperando por nuestra decisión a que dejemos ir la adicción al dolor, a medida que nos acostumbramos a entornos internos y externos más placenteros. A pesar de nuestras primeras impresiones, una tarea muy difícil de lograr, ya que la homeostasis emocional nos llevará de regreso a los entornos conocidos de dolor, condición de víctima, viejas heridas, y todo aquello que nos ha mantenido allí, allí abajo, de alguna forma dejándonos en el útero materno, muchos años después del nacimiento.
Por lo tanto, la mano, la mano amigable aparece, subiéndonos y sacándonos del útero materno. Hemos renacido, hemos encontrado la luz, la vida está con nosotros, el placer está en todas partes. ¿Suena familiar? Es lo que generalmente llamamos enamorarse. Y en inglés se dice to fall in love, que será algo así como caer en el amor. Una interesante elección de palabras. Muchos autores han escrito sobre ellas, así como también lo han hecho los poetas. Se relaciona con la adicción, y pese a que aparece ser de otro tipo, la dependencia se encuentra allí. Aquí tenemos que discriminar, ya que no todas las relaciones son adictivas, pero podemos reconocer ciertos aspectos que resultan familiares a nuestras vidas, a cierta gente que conocemos. La pareja que aquí se menciona es famosa, por lo que no tendrás problemas en reconocerla.

La añoranza y la pasión expresadas por ciertos amantes en ciertos casos puede ser una cualidad adictiva, y se relaciona con el fuego de la pasión. Linda Schierse Leonard nos cuenta la historia de una pareja de amantes famosos en relación a la adicción, al decir que,

“El preludio musical de Tristán e Isolda expresa una sola emoción –una añoranza interminable e insaciable. Esta añoranza es la añoranza de la adicción. La añoranza casi tiene una cualidad de drogas, la que está basada en la poción del amor que sella su pasión, lo que en un comienzo Tristán e Isolda tratan de controlar. Desde un comienzo su amor es un imposible; esa imposibilidad –una vez que se han entregado a ella– continúa su adicción. El filtro del amor es un símbolo del fuego de la pasión y de la inextinguible añoranza a través de la cual los amantes adictivos son poseídos.”16

El amor también puede tener una cualidad diferente, una creativa, la que redime el espíritu en una canción de liberación de las cadenas que hemos creado alrededor de nuestras vidas, el arte de encadenarnos con el fin de justificar la parálisis, para que podamos mostrar algo, ya que a un nivel más profundo sentimos que no tenemos nada que mostrar. El fuego divino y creativo del amor derrite las cadenas, purifica el humo y el dolor y agonía residuales que han quedado de una vida, varias vidas (?) de heridas en nuestra alma individual y colectiva, por lo que con este fuego la herida se sana, el corazón está fresco como el rocío de la mañana, con todas sus gotas de agua mirando fijamente al sol del amanecer, reflejando el ser interior y verdadero, contestando las preguntas que los dioses han estado preguntando sin obtener una ninguna respuesta. Ahora, todas las respuestas están allí porque siempre estuvieron allí. Es que sólo ocurría que nuestra visión estaba borrosa, incapacitando nuestro andar, enmudeciendo nuestro hablar, dejándonos a la orilla del camino, como si la vida no tuviera significado, sólo porque desde ese lugar la vida no tiene significado.
En Los Hermanos Karamazov, de Fyodor Dostoevsky, el padre Zossima es una figura espiritual de gran sabiduría, después de haber pasado por la agonía de las más grandes tristezas, él menciona varios pasos que se pueden tomar para superar a las fuerzas oscuras de la vida, pero sin evitar las fuerzas de la oscuridad. Este es un hermoso recordatorio del trabajo de sombra, ya que cuando evitamos la sombra, esta toma control de nuestras vidas. Mientras reconozcamos la sombra, hay esperanzas de superarla. Lo contrario es la negación de nuestra realidad, es caer en la codependencia, el camino hacia la adicción. Para superar la sombra, debemos enfrentarla cara a cara, sin importar el precio que debamos pagar para liberarnos del control que ejerce sobre nuestras vidas. Al evitar la sombra, le hemos vendido nuestras vidas, lo que sólo nos lleva cada vez a una mayor y más profunda adicción, cualquiera sea la forma que la adicción se manifiesta en nuestras vidas.

En cuanto a los pasos, se parecen al programa de 12 pasos de Alcohólicos Anónimos. Leonard no dice que,
“Zossima enseña acerca de los ‘pasos’ de la ascensión del alma en la escalera espiritual de Dios. Estos pasos, como los doce pasos, requieren de la aceptación del sufrimiento, la humildad, el entregarse, la fe en un poder superior, tomar responsabilidad por nuestros pecados y por todos los humanos, la confesión, el perdón, el rezo y la meditación, y el don del amor hacia los demás. Estos pasos son el camino de la salvación y el éxtasis. Al practicarlos vivimos el éxtasis y los dones de la creación. La transformación de Zossima de la adicción a la creatividad es una que regenera la tierra, rescatando a la madre ausente y a lo femenino abusado, y uniendo a todos los seres desde el centro misterioso del corazón humano, que está guiado por el fuego del amor, divino y creativo.”17
Los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos tienen un enfoque con humildad, al admitir que como personas, como mortales no somos capaces de manejar el asunto por sí solos, por lo tanto, nos entregamos a un poder superior. Lo cual funciona para mucha gente. Así y todo, me pregunto si una recuperación que continúa para siempre –ya que alguien que ha tenido la adicción nunca se sanará, de acuerdo a Alcohólicos Anónimos–– no es una decisión que promueve el concepto de que esa persona nunca será libre. En otras palabras, al decir que alguien nunca estará libre de la adicción, ¿no está esa persona cumpliendo con una profecía autosatisfecha de esclavizarse eternamente al proceso adictivo? Sé que es un tema complicado, ya que tantas personas no podían funcionar en la vida hasta que encontraron el apoyo del programa y de las personas que actúan de voluntarios en las actividades de AA, los que actúan con respeto y amor, pero me pregunto si no contradice lo que dijo Einstein de que lo único constante es el cambio. Alcohólicos Anónimos dice que la gente puede lograr la sobriedad, pero que siempre serán adictos. Eso, si lo entiendo bien, me parece que se refiere a que la gente no cambia, por lo tanto el cambio no puede ser la única constante. Es un dilema muy truculento.

Y hablando de los que usan trucos, el trickster, que literalmente se traduce como tramposo o embustero, pero no es una buena traducción, es tanto una figura demoníaca como sanadora, y esta figura ha sido olvidada por lo que Jung llama «el hombre supuestamente civilizado», y al actuar esta negación de la realidad, el Trickster nos controla, ya que pretendemos que no existe. Esto lo podemos hacer da varios modos, y el más popular en cuanto a substancias químicas es el alcohol. Jack London nos menciona esto en su libro, John Barleycorn, cuando dice que, “Es un truco de John Barleycorn cambiar la sonrisa en una mofa sin dar el más mínimo aviso.”18

Según lo cita Leonard, Jack London continúa con su historia de John Barleycorn –barley corn, que London transformó en un apellido, se refiere al grano de cebada, el que se usa para preparar bebidas alcohólicas– y los trucos que le hacía a London, al agotar su energía, apagando la pasión de su alma, y la energía de buscar su verdad interior, ya que London era quien tenía el fuego, el deseo de profundizar:
“Es a estos buenos tipos a los que consigue –los tipos con el fuego y el deseo de vivir en ellos, los que tienen grandeza y calidez en sí mismos, y las mejores debilidades humanas. Y John Barleycorn apaga el fuego, debilita la agilidad, y, cuando no los mata o los enloquece inmediatamente, los vulgariza y entorpece, los tuerce y deforma, sacándolos de su naturaleza original de bondad y pureza.”19

Por una parte, la vida del adicto es una vida llena de los dolores y placeres más profundos. Una aventura plagada de sensaciones y emociones extremas, las que la mayoría de la gente trata de evitar. Es una montaña rusa imparable, de esas que hay en los parque de atracciones, la que fue construida hace muchos años, por lo que, ¿cómo sabemos que es segura? En muchos casos no lo es, y los carros sencillamente salen volando de los rieles, aterrizando en un campo distante, quizá, sin tener la habilidad de retornar a los rieles. Sin embargo, el vuelo que termina en un aterrizaje doloroso puede ser la alarma del despertador que el adicto necesitaba para salir de su letargo. Así y todo, puede batallar a ese despertar, al ser tirado por esa homeostasis física y emocional que le dice que en donde se encuentra no es un territorio seguro ni conocido, por lo que es mejor, sin importar lo doloroso que resulte, regresar al territorio conocido, lo cual quiere decir, el estupor, el humo, la adicción. Por lo tanto, el adicto regresa a la supuestamente zona de seguridad, ahogando sus sentimientos y emociones, sin importarle las consecuencias.

El fuego está consumiendo todos los aspectos de esa recuperación. Primero, cuando el alma están quemándose, pero el adicto trata de apagar el fuego al practicar la adicción, y luego, cuando comienza la recuperación, el adicto se siente como si estuviera en el infierno. Sí, es un proceso doloroso, ya que los que tienen la adicción son testigos del fuego del ser real, de lo que fue eficientemente negado, de tener una visión clara de sí mismos, por dentro y por fuera.
Y así, Leonard dice del autor ruso que, “La historia de la vida de Dostoevsky –su vuelo y caída en la adicción, y el don de su recuperación espiritual y creatividad– muestra un alma ardiendo. A través de la transformación de sus propios patrones adictivos en creatividad, Dostoevsky era, como todos los adictos en recuperación, un ‘testigo del fuego’. El estaba ‘poseído’ por las energías tanto del Amante Demoníaco (Demon Lover) como del Demonio Creativo (Creative Daimon). Muchas de las figuras arquetípicas en la adicción están representadas en varios personajes de sus novelas. De él, podemos aprender en profundidad no sólo de las poderosas conspiraciones de la mente del adicto, sino que también del camino de transformación y salvación de la recuperación y la creatividad.»20
El Amante Demoníaco (Demon Lover) es el que nos ofrecemos en la adicción a través de sus variadas formas, al seducirnos, para finalmente esclavizarnos. El Demonio Creativo (Creative Daimon) es una fuerza interna, un espíritu del interior que nos trae energía, que promueve la expresión del aspecto creativo de nuestro interior. El Demonio Creativo nos ayudará a dejar la adicción, nos ayudará ser libres.

La negación de nuestra realidad interior queda quemada por lo que Leonard llama juicio de fuego. La Vida, Dios, el Universo, o como queramos llamarlo, llega un momento en que pierde la paciencia, por lo que somos empujados a una situación en la cual finalmente nos enfrentamos a nuestra desolada y dolorosa realidad. Esto no sólo se refiere a los adictos de substancias químicas, sino que a cualquiera que no desee enfrentarse a su propia realidad, mediante el uso de cualquier método o combinación de métodos disponibles para la práctica de la negación de la realidad.
En Los Hermanos Karamazov, de Dostoevsky, Fyodor es el padre que abusa a sus hijos, adicto al alcohol, y que luego es asesinado. De los hermanos, Dimitri es el hermano mayor y el que más se parece a su padre. Dimitri es el que más abiertamente expresa su odio y desprecio por su padre. Quizá, él ve demasiado claramente el reflejo del espejo que su padre representa para él, además de la herida y el dolor de haber sido abandonado por su padre a una temprana edad. Dimitri sigue el camino de su padre hacia la adicción, por que él espera, tal como es la norma del comportamiento adictivo, a ser vencido por la Vida, después de pasarse toda una vida en la negación de su realidad. Leonard dice que, “Como muchos adictos, Dimitri fue incapaz de ver su vida claramente hasta que fue sacudido por la descarga de un rayo. El tuvo que ser hecho rehén y prisionero antes de que pudiera reconocer el abismo al cual ha caído. Pero, una vez que fue acusado y humillado públicamente, así como haber tenido su juicio de fuego interno, él entendió no sólo su sufrimiento, sino que el sufrimiento de todos los humanos. Y al aceptar ese sufrimiento, él pudo abrir su corazón a los demás.”21

Dostoevsky se encontraba escribiendo la continuación a Los Hermanos Karamazov en 1881 cuando falleció.
“El fue enterrado en el cementerio del monasterio de Alexander Nevsky, en donde descansan los restos de los compositores, artistas y escritores más famosos de Rusia. Treinta mil personas asistieron a su funeral, en el cual habían quince coros y setenta y dos delegaciones que portaban coronas de flores. La muerte de Dostoevsky causó dolor a personas de todos los niveles. Se transformó en una de las figuras mayores de la literatura mundial. El fue realmente una persona que pasó de la esclavitud del Amante Demoníaco al servicio del Demonio Creativo, y él dejó un gran obsequio. Su alma estaba ardiendo con la llama de la creación divina. Y, como el legendario pájaro de fuego de la antigua Rusia, él conscientemente se sacrifica, dejando el plumaje brillante de su escritura para que riegue la tierra, y que brille con la belleza, el amor y la esperanza trascendentes para aquellos que busquen verlo.”22
Austin Powers, el Hombre Internacional del Misterio (the International Man of Mystery) creado por Mike Myers mantiene al Dr. Malvado (Dr. Evil) bajo vigilancia, por lo que para disminuir los poderes de Powers, el Dr. le quita el mojo de Powers, lo que se podría traducir como el instinto sexual, y además, regulador de una serie de otros sistemas, entre los que se podría considerar su capacidad de arriesgarse por un fin de bien común, y esto se relaciona con el fuego, sin el cual Powers es un hombre ordinario, común y corriente. Powers necesita recuperarlo, ya que sabe que lo ha perdido. Ahora, no tiene la energía, los poderes especiales para derrotar al Dr. Malvado, a no ser que recupere lo que es esencialmente suyo. El Dr. Malvado lucha arduamente para evitar que Powers recupere su fuego. El doctor sabe que sin el fuego el superagente es poco lo que puede hacer. Finalmente, el hombre del misterio lo recupera, y la justicia se restablece en la tierra.

De la misma manera, los dioses a veces se toman sus precauciones para entregar el fuego. El héroe tiene que usar su astucia para engañar a los dioses, con el fin de recuperar el fuego. Es el camino del adicto, o de cualquiera que esté dispuesto a trascender la existencia ordinaria mencionada por Hermann Hesse en sus obras, El Lobo Estepario y Demián, seres especiales, diferentes al resto. En una historia similar, Joseph Campbell relata el caso de un héroe polinesio que engañó a los dioses que guardaban el fuego, con el fin de recuperar su don, y devolvérselo a la humanidad. En un comienzo, la batalla se dió a favor del guardián del fuego, sin embargo…
“Maui de Polinesia se enfrentó a Mahu-ika, el guardián del fuego, para quitarle su tesoro y retornarlo a la humanidad. ‘Despejen los arbustos de este campo para que podamos tener una contienda dentro de una rivalidad amigable’. Maui, debe decirse, era un gran héroe y un maestro de los artificios.”23
Por lo tanto, lucharon lanzándose mútuamente en el aire, hasta que pareció que Maui había perdido la batalla, pero en un cambio rápido del evento, él comenzó a lanzar a Mahu-ika al aire.
“Mahu-ika giró y giró en el aire y comenzó a caer de espaldas; y cuando estaba a punto de tocar el suelo, Maui dijo estas palabras mágicas: ‘Ese hombre, allí arriba–¡que caiga de cabeza!’
“Mahu-ika cayó; su cuello se hizo pedazos, por lo que Mahu-ika murió. Inmediatamente, el héroe Maui tomó la cabeza del gigante Mahu-ika y se la cortó, y se apoderó del tesoro de la llama, el que le entregó a toda la humanidad.”24
III. Mitología del fuego

Los mitos sufren transformaciones de todo tipo debido a una variedad de razones. Una de ellas es que generalmente las historias se transmiten de forma oral, con lo que cada relator de historias le quita o agrega unas palabras o interpretaciones. Con el tiempo, la historia cambia considerablemente, a causa de acciones conscientes e inconscientes.

Uno de estos casos es la historia de Jasón, quien se encontraba atrapado en la vientre de una ballena. Y Joseph Campbell relata que,
“En la historia esquimal de Ravén en el vientre de la ballena, el motivo de los palos de fuego ha sufrido una variación y subsecuente racionalización. El arquetipo del héroe en el vientre de la ballena es ampliamente conocido. La tarea principal del aventurero es generalmente hacer fuego con sus palos de fuego en el interior del monstruo, con lo que logra matar a la ballena y liberarse. Hacer fuego de esta manera es simbólico al acto sexual. Los dos palos –cavidad-palo, y broca– son conocidos respectivamente como el macho y la hembra; la llama es la nueva vida que se ha generado. El héroe que hace fuego en la ballena es una variación del sagrado matrimonio.”25

Sin embargo, la historia esquimal sigue un camino diferente:
“El principio femenino fue personificado en la bella chica con quien Ravén se encontró en la gran sala dentro del animal; mientras tanto, la conjunción de del macho y la hembra fue simbolizado separadamente en el flujo del aceite del tubo a la lámpara encendida. Ravén participa de este acto al probar el aceite. El cataclismo que resulta representó la típica crisis del nadir, el término de lo antiguo y el comienzo de lo nuevo. La emergencia de Ravén entonces simbolizó el milagro del renacimiento. Por lo tanto, los palos de fuego originales se han transformado en superfluos, un inteligente y entretenido epílogo fue inventado para darles una función en la trama. Al dejar los palos del fuego en el vientre de la ballena, Ravén pudo interpretar su redescubrimiento como una señal de mala suerte, lo que asustó e hizo que la gente se fuera, y así él solo gozó de toda la grasa de la ballena. El epílogo es un excelente ejemplo de elaboración secundaria. Demuestra el tipo de carácter astuto (trickster) del héroe, pero no es un elemento de la historia básica.”26

Hay una repetición en los círculos de la vida, como las estaciones del año, luego que la cuarta completa su período, la primera vuelve a comenzar. Algo que las culturas occidentales no consideran, es el fin del período actual del mundo debido a un incendio. Campbell expresa que, “El ciclo cosmogónico es normalmente representado repitiéndose a sí mismo, el mundo sin fin. Durante cada gran vuelta, disoluciones menores son generalmente incluidas, como el ciclo del sueño y del caminar se resuelve a través del período de una vida. De acuerdo a una versión azteca, cada uno de los cuatro elementos –agua, tierra, aire, y fuego– termina un período del mundo: eón de las aguas terminó en un diluvio, el de la tierra con un terremoto, el del aire con un viento, y el eón actual será destruido por el fuego.»27

Tal como ocurre con los aztecas, en la tradición de los pueblos nativos de Estados Unidos el fuego tiene un papel importante. Mad Bear, Oso Loco, un médico tradicional nativo, mal llamado por los pueblos blancos, hechicero o curandero, del Clan de los Osos de la Confederación Iroqués de Seis Naciones de Estados Unidos y Canadá, una vez le mostró una lámpara que imitaba al fuego a un grupo de guerreros jóvenes que se encontraban tocando música y cantando con él. Oso Loco (Mad Bear) tenía un gran sentido del humor y una forma especial de ver a la gente y a la vida. Doug Boyd, el escritor que relata esta historia, a quien conocí hace un año, se encontraba presente, junto a un estudiante de medicina de una de las universidades prestigiosas del noreste de Estados Unidos, quien se encontraba interesado en el trabajo de Oso Loco.
“Todos llevamos sillas al garaje adjunto. Con la cama alzada y el automóvil en el patio, este espacio era más grande que los tres cuartos pequeños de la casa. Oso Loco llevó un bolo de papas fritas y un plato de galletas de la cocina. Pusimos las sillas en un círculo, y una batea para lavar se puso al revés en el centro. Parecía que los visitantes estaban acostumbrados a este ritual: Con ellos tres golpeando el ritmo mientras cantaban, nos ofrecieron una variedad de ‘canciones sociales’, con Oso Loco participando de vez en cuando. ‘¡Oh, casi se me olvida!’ dijo, haciendo chasquear sus dedos, y saltando de su silla. ‘Tengo lo justo para esta ocasión. Creo que ustedes, hombres, no lo han visto. Lo había guardado, y lo encontré y saqué el otro día’.
Cuando regresó, traía una cosa de aspecto extraño con un cable de extensión. ‘Déjenme ponerlo aquí. Esto es algo muy exquisito’.
‘¡Oh, nos salve Dios!’ gruñó uno de los chicos.
Oso Loco puso la cosa en el suelo y la encendió. Comenzó a crujir y rechinar a medida que el pequeño motor eléctrico giraba en el interior. Era una hoguera de campamento artificial de ‘leños’ de plástico con papel de celofán rojo y oropel girando alrededor de un foco que tenía en el interior. Oso Loco la observaba con una mirada contemplativa, tratando de aparecer serio.

‘¡Eso es totalmente ridículo’! se quejó otro de los chicos.
‘Esto, se supone que es una fosa para el fuego, ¿o qué? Pareciera ser algo que los blancos diseñaron…’ Nos miró. ‘Oh, perdón’.
‘Bueno, no es exactamente un fuego sagrado’, Oso Loco concedió, ahogando una risa. ‘Pero, hay que considerar que estamos cantando canciones sociales en el garaje de cemento. Tienen que admitirlo. Es, en cierta forma, magnífico, si es que lo observan de la forma correcta’.

Sus tres amigos jóvenes pudieron eventualmente ignorar la cosa para poder volver a tocar los tambores y cantar, pese a que el motor pequeño que rechinaba y el ruido del celofán producía un fondo incongruente. Ellos tenían un extenso repertorio de canciones, y repitieron lunas de sus favoritas más de una vez. Ya llevábamos por casi dos horas cuando Oso Loco sugirió que era hora de irse.
‘La cosa del fuego es bastante tonta’, dijo cuando se habían ido. ‘Uno podría pensar que no les gustó, pero, creo que, en realidad les gustó. Estos chicos de la reservación, la vida no es fácil para ellos. Son criados en una especie de forma tradicional, pero, con la escuela y la televisión y todo lo demás, tienen que descubrir como pueden encajar en la sociedad blanca y como tener su propia identidad indígena. Es que, quizá, es bastante difícil para todos, en estos días. Cómo ser, ya no está tan claro. Y no hay suficiente ayuda para la gente. Pero uno no se puede tomar tan en serio, no importa quien seas o quien serás. De lo contrario, se hace muy pesado. Lo principal es, tienes que tener humor si quieres ser bueno.”28
¿Cuál es el fuego verdadero, la pasión real por la verdad y la sanación, el camino que nos lleva a recuperar todas las posibilidades? Oso Loco parece señalar el camino de no tomarse a uno mismo muy en serio, debido al peligro de terminar con un ego demasiado hinchado. Sin embargo, el camino se hace más difícil para aquellos que cabalgan en dos caballos, el nativo, como el de los guerreros jóvenes que desaprobaban de la lámpara de Oso Loco, mientras cabalgan el otro caballo de la cultura blanca que los rodea completamente. ¿Cuál es el correcto para ellos, y para aquellos que cabalgan dos caballos, como yo mismo?
Me siento tirado desde dos direcciones. Siento la añoranza por la manera de ser tradicional de mi gente, mientras acepto la nueva forma de ser a la que me acostumbrado en las tierras del norte. Por lo tanto, ¿me voy al Sur, o me quedo en el Norte? ¿Hacia donde va mi corazón, para estar tranquilo, en paz, cálido, sabiéndose deseado, aceptado? ¿O es una causa perdida, como a la que se enfrentan los guerreros jóvenes con sus dos caballos listos para llevárselos, pero en direcciones diferentes?

Esta combinación de dos antecedentes, de dos tipos de fuego es enriquecedora, pero muchos guerreros encontrarán insultante, raro, y sencillamente feo que se les ofrezca algo que no tiene el espíritu de lo que es real, en este caso, para ellos, el fuego. Quizá, con el paso del tiempo, como en el caso de Oso Loco, podemos apreciar la belleza en lo falso de la imitación de la vida. Es una versión diferente del fuego de la vida, sin embargo es un intento a relacionarse con la misma, y allí puede que yazca su valor, en ese tender de la mano, en esa búsqueda del fuego original.
Otra versión del fuego se puede lograr en un simple cubo de basura en medio de un estacionamiento, cuando los ancianos, como en el caso del anciano Trueno Rodante (Rolling Thunder), deciden que está bien para realizar una ceremonia. El fuego, siendo el ingrediente principal, la fuerza unificadora del ritual de reunirse con el propósito de la sanación. La sanación, siendo la expresión, en muchas formas, de la unidad de todos los seres, en cualquier versión celebratoria que pueda tomar esa versión. Y el fuego está al centro de esta celebración, como un símbolo de la vida, del Espíritu, de la fuerza de la vida.
Dos culturas se unieron con un fin común cuando un grupos de indios navajos jóvenes hicieron un fuego ceremonial para hacer un ritual. Uno de los participantes era sensei (maestro) Jison, un monje japonés. Después de la ceremonia, un guerrero joven se quedó atrás, esperando a que el fuego se apagara, para recolectar las cenizas. Esto le preocupó a Jison, quien no entendía por qué el guerrero joven tenía que quedarse solo, mientras todos se iban, por lo que se ofreció a ayudar.
“’Está bien, yo puedo recolectar las cenizas por ti’, dijo Jison, mientras regresaba hacia el fuego. Se sacó sus sandalias de madera y, agachándose, se sacó sus calcetines blancos y los depositó sobre las sandalias. Descalzo, se paró sobre el fuego, subiéndose la túnica para alejarla de las llamas. El fuego estaba bajo y casi apagado, pero los carbones estaban brillando al rojo vivo. Los carbones se partieron, a medida que los destrozaba bajo sus pies. Saltaban chispas. Esta no era una ‘caminata sobre el fuego’ común y corriente: Jison se quedó un largo tiempo en el fuego, pulverizando los carbones en pequeños trozos moliéndolos hasta convertirlos en ceniza al hacer girar los pies sobre estos, y luego parándose sobre los mismos hasta que apagados y lo suficientemente fríos como para recolectar la ceniza con sus manos. Extendió sus manos como si formaran un recipiente, y dijo algo en japonés.
“’¿Podemos poner las cenizas en el frasco?’ tradujo Hiro.”29
Las cenizas eran lo que quedó del fuego. Son las memorias de la creación, de la vida que ha descansado. Las cenizas nos señalan que un nuevo día se avecina, luego que el antiguo fuego ha completado su ciclo. Las cenizas aún están un tanto tibias del día anterior, sin embargo, están listas para que se haga un nuevo fuego. Es cuando el pelo se pone gris, y luego, blanco, cuando entramos en los años plateados, cuando se está preparando para dejarle espacio a los nuevos fuegos que vienen a tomar nuestro lugar. Jison podía navegar el fuego y la ceniza, él estaba a gusto en ambos mundos, ya que había aprendido sobre la vida.

Ver al otro, al que tiene un aspecto diferente al nuestro, al que hace las cosas diferentes a como las hacemos nosotros, o tiene un acento cundo habla, puede ser una experiencia que da miedo, una fuente de inspiración, o un profundo sentimiento de rabia y odio, generalmente basado en el miedo, y a veces, en memorias de antiguas heridas que el tiempo no ha sanado. Arnold Mindell se refiere a todas estas emociones y las situaciones que las inspiran, en su libro, Sitting in the Fire, Large group transformation using conflict and diversity, (Sentándose en el Fuego, Transformación de un grupo grande usando conflicto y diversidad), en el cual explica el concepto de Worldwork (Trabajo mundial), el sistema que usa para promover la sanación entre las comunidades de antecedentes raciales y sociales diferentes. Tiene muchas similaridades con lo que llamamos patologización reflexiva en el Instituto de Estudios Imaginales (Institute of Imaginal Studies). La diferencia es que la gente que participa en Worldwork pertenece a una variedad de comunidades raciales y sociales, algo que desafortunadamente no ocurre en nuestra universidad, en donde la mayoría es de raza blanca y de un estrato socioeconómico de clase media. También, la gente que participa con Mindell, en algunos casos se reúnen una vez, y es posible que nunca se vuelvan a ver, lo que es muy diferente a nuestro programa, el que dura de dos a cuatro años, y durante todo este tiempo el grupo comparte todas las experiencias del proceso de aprendizaje y sanación, lo que encuentro enriquecedor y de un gran apoyo en el proceso de sanación de cada persona.

Al comienzo de este libro, él describe lo que es trabajar en diversidad, al decir que,
“Crear libertad, comunidad y relaciones viables tiene su precio. Cuesta tiempo y valor aprender a sentarse en el fuego de la diversidad. Quiere decir, quedarse equilibrado mientras se permanece en el calor creado por los problemas.”30
Estoy pasando por enormes cambios personales en la universidad, los que están evolucionando mi vida en formas que jamás me había imaginado, por lo cual estoy agradecido, pero tengo una gran añoranza por diversidad en todas sus formas en nuestra universidad, especialmente en el caso de la diversidad étnica y racial, la cual brilla por su ausencia. Veo la ausencia de estudiantes de una variedad de colores y formas de ver la vida, como el resultado del miedo a lo que Mindell llama el fuego de la diversidad. La ubicación geográfica tampoco ayuda, ya que nuestra universidad se encuentra lejos de una gran ciudad, que es el lugar típico de residencia para la mayoría de las minorías. Me siento aislado cuando expreso mi punto de vista en una variedad de temas. Me veo como alguien cuya visión sería entendida en otros lugares, por otra gente, sin embargo en mi universidad soy el que piensa y siente de una forma un tanto rara. He optado por quedarme callado, pero no es una alternativa que resulte fácil, ya que me gusta expresar mi punto de vista, a veces más de lo que es conveniente en ciertos círculos. Me meto en problemas, lo que me ocurre a menudo en mi grupo en la universidad, ya que me encuentro hablando en un idioma cultural completamente diferente, mientras recibo miradas en blanco de que no me entienden lo que quiero decir, de lo que tengo en mi corazón, o de la forma que podría ser escuchado para captar mi mensaje. Tal como hablamos de la diferencia generacional, en este caso hay una enorme diferencia cultural, con ambos lados sin saber como traducir lo que el otro está diciendo.

De acuerdo a Mindell, Worldwork ofrece una variedad de nuevas perspectivas, como el Caos –similar a lo que proponemos en nuestro grupo/clase–, Aprender, Corazón Abierto, Autoconocimiento, y Lo Desconocido. En relación al Corazón Abierto, Mindell menciona que “Worldwork depende de la calidad del corazón para sentarse en el fuego del conflicto sin quemarse. Worldwork usa el calor del fuego para crear comunidad.”31

En cuanto a Lo Desconocido, expresa que, “Worldwork reconoce que la comunidad sustentable siempre se ha basado en el respeto por lo desconocido.”32
La perspectiva de Lo Desconocido choca de cabeza con la perspectiva occidental de establecer que la ciencia es la respuesta a todos los dilemas de la vida, lo que no deja espacio para la aceptación de lo desconocido, a aceptar el misterio de la vida, lo que crearía un espacio para que floreciera el mito y el simbolismo, el campo de los filósofos, místicos, y poetas, y en una aceptación aparentemente contradictoria de la integridad de la totalidad, pero que a la vez lo abarca todo, el científico también se uniría a esta categoría, ya que cuando la ciencia no es tratado con dogma, especialmente la perspectiva newtoniana de la ciencia, entonces deja suficiente espacio para cabalgar por la pradera del saber sin ser impedida por las limitaciones de la ciencia materialista, tal como es enseñada en las escuelas alrededor del mundo. Ese enfoque de la ciencia está comenzando a morir lentamente, dejando espacio para la ciencia fluida, la perspectiva de los opuestos unificadores que todo lo acepta, la visión de que las polaridades tienen un lugar en donde se pueden unir en el campo unificado, en una unión de los elementos, en una conjunción de los antiguos enemigos, en un Yin-Yang científico, la reunión final que tanto miedo inspira tanto en los creyentes como en los no creyentes, y por una buena y poderosa razón. No, en este caso, no es paranoia. Es un miedo basado en la realidad de que los opuestos colapsen debido a la presión ejercida por las fuerzas de la inclusión, algo que muy poco están dispuestos a aceptar dentro o fuera de los confines de la ciencia.

En Los Arquetipos del Inconsciente Colectivo, Jung menciona el fuego de los alquimistas en relación a la palabra “idea,” y conectado a la fuerza vital que nos conecta a todos nosotros. Todo esto es difícil de entender dentro de la noción materialista de la ciencia newtoniana, lo que se torna bastante reduccionista tanto en lo teórico como en su aplicación, al no aceptar más que aquello que puede medir, que es un concepto típicamente newtoniano. El positivismo en su máxima expresión. Por lo tanto, ¿el fuego y el inconsciente colectivo? “Muy bien, midámoslo, si es usted cree que es tan real y científico,” nos diría el positivista. Sin embargo, quizá haya más de un enfoque a la ciencia. Quizá también haya uno más expansivo, uno que en ciencias políticas se llamaría la política de la inclusión, la gran tienda, que es, dicho sea de paso, un debate constante dentro del Partido Republicano de Estados Unidos. Se continúan preguntando, “¿debemos incluir en nuestro partido a los gay, a las mujeres, y a las minorías?” Una difícil pregunta cuando algunas interpretaciones dadas por algunos los miembros del partido nos dicen que la opinión de esa gente no tendría mucho valor en ningún caso. ¿Suena extremo? Estoy de acuerdo en que no sólo suena extremo…
¿Y en dónde encaja el fuego en todo esto? Bien, veamos lo que el Dr. Jung desea decir. He puesto tres puntos, «…» cuando no podía reproducir las palabras usadas por Jung. Me parece que él está usando el alfabeto griego en estos casos.
“68 Tomen, por ejemplo, la palabra ‘idea.’ Se remonta al … concepto de Platón, y las ideas eternas son ideas imágenes primordiales guardadas … (en un lugar supracelestial) como formas eternas, trascendentes. El ojo de observador las percibe como ‘imagines et lares,’ o como imágenes en sueños y visiones reveladoras. O tomemos el concepto de energía, que es una interpretación de eventos físicos. En tiempos antiguos era el fuego secreto de los alquimistas, o flogisto, o la fuerza de calor inherente en la materia, como ‘calor primario’ de los estoicos, o el … heraclitoneano (fuego eterno), que bordea en la noción primitiva de una fuerza vital que todo lo penetra, un poder de crecimiento y sanación mágica que generalmente es conocido como maná.”33

Uno de los dilemas que los humanos han tenido a través de la historia es cómo determinar quien está sano y quien está loco, si vamos a usar un término no clínico y políticamente incorrecto, como le llaman en Estados Unidos a ese tipo de lenguaje. Una vez que etiquetamos a alguien con esa condición, como que de alguna forma ha perdido su sano juicio, la respuesta usual que tenemos con tal persona es el ostracismo, aislamiento, y que es la habitual que usamos con aquellos que piensan diferente a como piensa la mayoría de la sociedad. Y todo nuestro accionar está respaldado por la comunidad científica. Algunas personas, que piensan o han pensado de una manera diferente a las pautas del estado que establecen buenas normas de pensamiento comportamiento, han sido enviados a hospitales siquiátricos de una manera recia y obvia en diferentes épocas de la historia, y aún se realiza hoy en día en varios partes del mundo, pero con un estilo mucho más sofisticado. Por lo tanto, pensar de una manera diferente al establecido puede serte no sólo peligroso para tu salud mental, sino que para la física, también. Así como recuerdo la película Un Vuelo Sobre el Nido de Cuco (One Flew Over the Cuckoo’s Nest), en la que una vez que los pacientes entraban en el pabellón siquiátrico, les costaría mucho volver a salir. La respuesta del nativo norteamericano fue muy interesante, ya que pretendió ser sordomudo, protegiendo su vida de una situación que de otra forma hubiera sido insoportable.

Jung menciona la historia de un hombre que había sido diagnosticado como esquizofrénico paranoico. Jung lo conoció en 1906, antes de que Jung hubiera comenzado su estudio de la mitología y la arqueología, según relata. El hombre, cuando el joven Dr. Jung fue a visitarlo, le pidió que moviera la cabeza y pestañeara tal como el hombre lo hacía. Le dijo a Jung que así le sería posible ver el pene del sol, y agregó que de este pene fue creado el viento. Jung describe el fuego como el dios sol. Cuatro años más tarde, a medida que Jung comenzó a estudiar mitología y arqueología, encontró un libro del filólogo Albretch Dieterich, en el cual escribe obre el papiro griego. Es algo que viene de la escuela alejandrina del misticismo, lo que mostraba similaridades importantes con la historia que el paciente le había relatado a Jung cuatro años antes. En relación al trabajo de Dieterich, Jung dice que…
“106 Es obvio que la intención del autor es capacitar al lector para que tenga la experiencia de la visión que él tuvo, o al menos, en la que cree. El lector será iniciado en la experiencia religiosa interna, ya sea del autor, o –lo que parece más probable– de una de las comunidades místicas de las cuales Philo Judaeus da cuenta de manera contemporánea. El fuego –o dios del sol– que aquí se evoca es una figura que tiene un paralelo histórico cercano, por ejemplo, con la figura de Cristo del Apocalipsis.

Por lo tanto, es una ‘representación colectiva’, tal como son las acciones rituales descritas, como la imitación de ruidos animales, etc. La visión está incluida en un contexto religioso de una naturaleza claramente extática y describe un tipo de iniciación a una experiencia mística de deidad.”34

Jung habla acerca del arquetipo del pequeño hombre viejo como del inconsciente y también, del sol, el fuego más grande, comparando la pequeñez de la figura del hombre pequeño al poder del mundo atómico en la física. Además, a veces en la vida el detalle más pequeño puede tener la clave que soluciona todo el enigma. Me sorprendió el interés de Jung por la física, sin embargo, la que puede ser considerada la más material de las ciencias está alcanzando a lo que podría considerado el mundo espiritual o místico, especialmente con la versión cuántica de la física, la que se encarga del estudio de las partículas más pequeñas del Universo, aquellas a las que Jung hace mención.

Por lo tanto, Jung continúa mencionando el sol, el fuego, y el tizón (palo a medio quemar, según el diccionario), en este caso, en relación a cuentos de hadas.
“409 En ciertos cuentos de hadas primitivos, la calidad iluminadora de nuestro arquetipo está expresada por el hecho que el hombre viejo es identificado con el sol. El trae un tizón consigo que usa para asar una calabaza. Después que ha comido, él se vuelve a llevar el fuego, lo que causa que la humanidad se lo robe. En una historia de los indios norteamericanos, el hombre viejo es un hechicero que es dueño del fuego. El Espíritu también tiene un aspecto de fuego, tal como lo sabemos del lenguaje del Antiguo Testamento y de la historia del milagro Pentecostal.”35

El fuego y la sexualidad están conectados, como vimos con anterioridad. Esta conexión surgió en una sesión cuando Jung, quien a veces usa dibujos cuando trabaja con sus pacientes, usó un dibujo en particular, que tenía el número 4, el cual muestra un simbolismo sexual. El usará esta descripción para hacer la conexión, más tarde, entre las emociones y el fuego. Describe el dibujo al decir…
”557 La serpiente de nuestro dibujo representa no tanto al espermatozoo, sino que con mayor precisión, al falo. Leone Ebreo, en su Diálogo de amor (Dialoghi d’amore), llama al planeta Mercurio el miembro viril (membrum virile) del cielo, o sea, del macrocosmos concebido como el hombre máximo (homo maximus). El espermatozoo parece, en realidad, corresponder a la substancia dorada que la serpiente está inyectando ectodermo invaginado del núcleo. Los dos pétalos plateados (?) probablemente representan al recipiente receptor, el plato en forma de luna en el cual la semilla del sol (oro) está destinado a descansar. Debajo de la flor hay un pequeño círculo violeta dentro del ovario, lo que señala por su color que es una ‘nauraleza de unión doble’, espíritu y cuerpo (azul y rojo). La serpiente tiene un halo amarillo claro, lo que representa su numinosidad (nota del traductor: espiritualidad, carácter sobrenatural).”36

Relacionando a las emociones con el fuego, Jung continúa trabajando con el Dibujo 4, esta vez cuando le muestra el dibujo a uno de sus pacientes. El menciona cómo el peligro de la serpiente es visto de forma diferente por hombres y mujeres:
“559 En cuanto al contexto del Dibujo 4, la señorita X enfatizó que lo que más la molestó fue la banda de mercurio del Dibujo 3. Ella pensó que la substancia plateada debía estar ‘en el interior’, y que las líneas negras de fuerza quedaran en el exterior para así formar una serpiente negra. Esta ahora rodearía la esfera. Ella pensó que en un comienzo la serpiente era un ‘peligro terrible’, como algo que hace peligrar la ‘integridad de la esfera’. En el punto en donde la serpiente penetra la membrana nuclear, se produce un incendio (emoción). Su mente consciente interpretó esta conflagración como una acción defensiva por parte de la esfera, por lo tanto trató de representar el ataque como si hubiera sido rechazado. Pero este intento no logró satisfacer los ‘ojos’, pese a que me mostró un bosquejo hecho con lápiz del mismo.
Ella, obviamente, se encontraba en un dilema: no podía aceptar la serpiente, porque su significado sexual era demasiado claro para ella sin ninguna asistencia de mi parte. Sólo le dije: ‘Este es un proceso bien conocido, el que puede aceptar con seguridad’, y le mostré un dibujo similar de mi colección, hecho por un hombre, de una esfera flotante que era penetrada desde abajo por un objeto negro con forma fálica. Luego, ella dijo: ‘De súbito entendí todo el proceso en una manera más personal’. Fue la comprensión de una ley de la vida a la cual el sexo está subordinado. ‘El ego no era el centro, sino que seguía una ley universal, yo circulé alrededor del sol’. Por lo tanto, ella fue capaz de aceptar la serpiente ‘como una parte necesaria del proceso de crecimiento’ y terminar el dibujo rápida y satisfactoriamente. Sólo una cosa continuó creando dificultades: ella tenía que dibujar la serpiente, dijo, ‘Ciento por ciento en la parte superior, en el centro, para satisfacer los ojos’. Evidentemente, el inconsciente sólo estaría satisfecho con la posición más importante en la parte superior y en el centro –en contraste directo con el dibujo que le había mostrado con anterioridad. Esto, como dije, fue hecho por un hombre, y mostraba el símbolo negro y amenazante que entraba en el mandala por abajo. Para una mujer, el peligro típico que emana del inconsciente proviene de arriba, de la esfera ‘espiritual’ personificada por el aspecto espiritual (ánimus), en cambio para el hombre viene del reino de los muertos (chthonic) del ‘mundo y de la mujer’, por ejemplo, el alma (ánima) proyectada en el mundo”.37

Continuando con los dibujos, Jung menciona el mandala, una figura usada para la contemplación en algunas tradiciones orientales. De los tres círculos que algunos de ellos tienen, pintados en colores oscuros, como azul o negro, el externo está hecho de fuego, también conocido como el fuego de la concupiscentia, una palabra en latín que se refiere al deseo sexual, a la lujuria. Este fuego se relaciona con los tormentos del infierno, por causa de los deseos.

«Los horrores del cementerio generalmente son generalmente manifestados en el círculo exterior. En el interior hay un padma, ‘flor de loto.’ Luego viene una especie del patio de un monasterio con cuatro portones. Significa reclusión y concentración sagradas. Dentro de este patio hay, como regla, los cuatro colores básicos, rojo, verde, blanco, amarillo, que representan las cuatro direcciones y también las funciones síquicas, tal como muestra el Libro Tibetano de los Muertos. Luego, generalmente separado por otro círculo mágico, está el centro como el objeto esencial o meta de la contemplación.»38

El fuego como el recopilador de las almas, como un centro de diálogo, para conocerse entre sí, el que reside en nuestro interior, el reflejo de nuestra alma en la personificación que se encuentra al otro lado del fuego. La luz que está entre tú y yo, el fuego que separa –¿o está unificando?– dos almas dispuestas a encontrarse con la otra. Es la tibieza que añoramos, la ternura ausente en nuestra vida cotidiana, el abrazo consolador del amigo, del amante. Por lo tanto, el fuego está allí para mostrarnos el camino hacia la tibieza, esa chispa en la vida que nos invita a dar más, para que así nos demos cuenta de lo que tenemos. ¿Dudamos a hacerlo? Te lo aseguro que sí, pero el fuego nos está mostrando el camino, como un padre que nos apoya mientras aprendemos a dar los primeros pasos. Y así, vacilantemente nos sujetamos de su mano, esperando que él se quede con nosotros, ya que la seguridad es sólo un concepto, válido por el tiempo que pensemos que va a durar. Es la condición transitoria de algo a lo cual nos estamos sujetando, esperando que no vaya a ser una realidad fugaz. A medida que pasa el tiempo, el fuego nos ha ayudado a acercarnos, así como gradualmente vamos bajando la guardia, los músculos tensos se relajan un tanto, mientras rediseñamos la manera como sostenemos nuestro cuerpo, aceptando que tenemos uno, por lo tanto, ¿para qué resistirlo tanto? La conexión con el otro se hace cada vez más cómoda, menos dolorosa, en la medida que aceptamos el cuerpo que hemos rechazado por tanto tiempo.
Timothy Leary –a quien conocí en Los Angeles mientras me dedicaba su autobiografía– el gran explorador del mundo psicodélico, viajó por todo el mundo, en algunas ocasiones para descubrir diferentes maneras de pensar y conceptuar la realidad, y durante viajes más urgentes, porque estaba escapando de la justicia, debido a sus prácticas inducidas químicamente, las que son ilegales en la mayoría de los países. En esta ocasión, él se encuentra visitando la India, y se dirige a la casa de un inglés que se había hecho maestro de la tradición hindú. Han estado hablando por un buen tiempo sobre prácticas y rituales espirituales. La conversación puede continuar eternamente, especialmente cuando la compañía en la cual nos encontramos tiene mucho que decir, y en una manera entretenida, de gran riqueza de contenido, y con una gran iluminación en el mensaje, como era el caso del inglés. Timothy se encontraba fascinado mientras escuchaba, pero era necesario un cambio en el ritmo, para que todo no fuera sólo palabras. Un recuerdo de que el alma sin un cuerpo no es algo que reconozcamos con facilidad. La necesaria conjunción de la tierra y los cielos, ambos apoyándose entre sí, como amantes que se entregan tibieza en una fría noche otoñal. En ese preciso momento, el inglés se pone de pie y le dice a Timothy, «Ya hemos hablado suficiente de rituales. Sentémonos junto al fuego en la cocina y cocinemos una comida para entibiar nuestras almas.»39

Comidas calientes entibiando el alma, suena como si Roberto Assagioli se encontrara hablando a través del inglés, que es como Timothy lo llama. Assagioli, que fue el creador de la psicosíntesis, era un psiquiatra que vivió en Florencia, Italia, y que mencionaba dos niveles de desarrollo para que el individuo alcanzara esa psicosíntesis: Primero, el primer piso de la casa, la psicosíntesis de personalidad, que viene a ser la fundación para el segundo piso, que es la psicosíntesis espiritual.

El describe un enfoque al estilo de «lo primero es lo primero» para lograr el desarrollo de la persona, por lo que el primero piso viene antes de que volemos a los cielos. Eso era a lo que el inglés se refería cuando mencionó que era suficiente de conversación de rituales, y que era el momento adecuado de acordarse del cuerpo, para que una comida caliente entibiara el alma. Es lo que les ocurre a los que saltan a las experiencias psicodélicas cuando el ego no se encuentra lo suficientemente fuerte y claro para aguantar esa experiencia. Es como comenzar la construcción de la casa desde el segundo piso, antes de que el primero esté lo suficientemente fuerte como para soportar el peso del segundo. Por lo tanto, algunas personas que van al segundo piso a través del camino químico, a veces se quedan allí, sin saber cómo regresar, si es que están conscientes de que se han quedado en el segundo piso. Por supuesto, la pregunta podría ser, ¿por qué iban a desear regresar? Aún así, lo veo más como una opción, ya que no buscaron quedarse allí en el primer lugar. Es como alguien que viaja por razones turísticas, y luego se queda en tierras lejanas. ¿Y si esa tierra fuera cautivante, al punto de ser superior al deseo de retornar?
Los poetas hacen un puente entre el primero y segundo piso. Ellos están familiarizados con ambos niveles, por lo que se ofrecen a ser los mensajeros entre ambas dimensiones. Los poetas son los mensajeros del cielo, nuestros traductores del mundo imaginal, nosotros, meros mortales que vivimos en el mundo material. Muchos poetas le cantado odas al fuego, como una inspiración a su oficio, sus esculturas de palabras basadas en la pasión, el dolor, y la celebración de la vida. Sus canciones han sido de tantos colores como el arcoiris es capaz de darnos. Uno de estos pintores del lenguaje es David Whyte, nacido en Inglaterra, pero residente en EE.UU., en donde ha tomado el inusual trabajo de llevar la poesía a las grandes corporaciones. Por definición, una contradicción de términos, sin embargo, está teniendo éxito, siendo aceptado por ingenieros y contadores, MBAs y administradores, lo que sugiere que la vida no tiene que ser tan gris, llena de corbatas, trajes, colores oscuros, y una distancia entre las almas que habitan las estructuras imponentes y amenazadoras en donde realizan sus actividades. Quizá, sólo quizá, esto se está transformando en algo menos amenazador a medida que se embarcan en viajes destinados al mundo imaginal, el mundo que nadie les dijo que existía, al menos, que no existía para la gente seria y profesional.

Y así, la poesía, los sueños, y las canciones del alma han entrado en Wall Street gracias a David Whyte y a todos los otros que se han ofrecido a hacer de puentes, aquellos que están recuperando el fuego del alma a lugares en donde por mucho tiempo pensaron y sintieron que tal cosa no existía. Y la comunidad empresarial está aceptando y buscando al llamado del alma, muchos de ellos bebiendo de la copa de la poesía con una mirada sedienta. Si, ¿y cómo iba a ser?, te puedes preguntar. Exactamente. Por eso, David está ofreciendo talleres de poesía entre computadoras, estadísticas, diagramas, ingresos y utilidades, activos y pasivos. ¿Podría ser esta la razón por la más larga expansión económica en la historia de EE.UU.? Yo diría que sí. La perspectiva unidimensional ha recuperado su fuego, su mojo, como Austin Powers lo llamaría, finalmente aceptando la multidimensionalidad de la vida, el alma que todos tenemos y que nos rodea.

Whyte, a quien conocí en Seattle mientras asistía a uno de sus cursos, señala que,
«Vivimos, parece, sin importar la época, entre dos fuegos, uno caliente y uno frío, y debido a que la creatividad verdadera siempre ha tenido una corriente oculta de muerte y resurrección en la misma, como poetas o administradores debemos intuitivamente preguntarnos en qué elemento eventualmente pereceremos. Este es Robert Frost, a comienzos de este siglo (XX), en su voz íntima y modesta de Nueva Inglaterra (Noreste de EE.UU.), ponderando sus posibilidades.

Fuego y Hielo
Algunos dicen que el mundo se acabará por el fuego
Algunos dicen que en hielo.
De lo que yo he robado del deseo
Estoy entre los que favorecen al fuego.
Pero si tuviera que morir dos veces,
Creo que sé lo suficiente sobre el odio
Para decir que para la destrucción el hielo
También es excelente
Y sería suficiente.

«Este borde afilado entre la nutrición y el terror, entre todo lo que es apasionado y todo lo que está entumecido y frío, parece yacer, como el fuego que entibia nuestros corazones, al centro de la aspiración humana. Nuestras posibilidades fogosas por una vida apasionada y creativa llevan en todo momento consigo la posibilidad de ser quemadas por el fracaso o ser lanzadas en la oscuridad exterior de la frustración. Cuando se nos pide que hablemos sobre una verdad creativa pero perturbadora, nos congelamos ante tal posibilidad e inmovilizamos la lengua. Es mejor, pensamos, mantener ese fuego oculto, un destino congelado vivido a un nivel de frustración es mucho más preferible a una satisfacción que se quema frente a nuestros ojos, y aún peor en el trabajo, ante los ojos de los demás. Nunca nos metemos totalmente en la oscuridad, pero tampoco nos acercamos a la llama de nuestra posesión más importante, y así transformarnos en el fuego mismo.

«El miedo a que nuestras fallas puedan ser reveladas a los demás o que podamos perder las relaciones de trabajo que nos sustentan a través de acciones arriesgadas y creativas, así como la desaparición de apariencias superficiales ha sido uno de los temas implícitos de la poesía y el drama, temas que aún informan nuestros intentos diarios de vivir los deseos del alma en nuestro lugar de trabajo.»40
Nos enseñan en casa, luego en la escuela, y más tarde en nuestras nuevas familias, nuestros trabajos, por la religión, el sistema legal, y todas las otras instituciones y gente que modelan nuestras vidas, que es mejor que sigamos el camino. No es necesariamente lo que llamaríamos nuestro camino individual, sino que el camino que ha sido puesto frente a nosotros, para que lo caminemos y lleguemos a ser lo que se espera de nosotros por parte de aquellos que nos rodean, así como por nuestros antepasados y los antepasados de la sociedad. Sabemos que hay, quizá, consecuencias muy graves si no seguimos el camino que se nos ha dado. Uno de ellos es el ostracismo como consecuencia del proceso del chivo expiatorio, u otras aún más duras, dependiendo de las costumbres de cada comunidad. La historia está llena de estos casos, y algunos de nosotros hemos vivido represalias en nuestra vida. Por lo que, la sabiduría social básicamente nos dice. Sigue el camino, pero la pregunta es, ¿Cuál camino, el de ellos o el mío?
David Whyte habla de seguir nuestro propio camino, el que llama…
«El Camino del Fuego

«De acuerdo a mi experiencia, mientras más verdaderamente somos con nuestros dones creativos, menos apoyo y ayuda hay en el comienzo desde el exterior. Mientras más estamos en el camino, más profundo es el silencio en los primeros pasos del proceso. Seguir nuestro camino es en realidad salirnos del camino, hacia el campo traviesa. Hay una etapa, al comienzo, cuando se nos deja acampando en la jungla, solos, con pocas voces de apoyo. Allí, en el silencio debemos construir un hogar, recoger las ramitas, y sacarle chispas al pedernal, para hacer el fuego nosotros mismos.»41

El buscador es castigado por su desafío que se le dió y no tomó. No hay premios, a pesar del buen trabajo realizado por el buscador. Una opción es retirarse, hacerse ausente, evitar ser parte de la muchedumbre, de la escena, de las relaciones comunitarias. Es un autoostracismo, un alto precio a pagar para mantenernos leales al llamado de nuestro camino interior, pero a veces, es la única alternativa para mantenernos en donde creemos desde el lugar más cálido de nuestro corazón que es la decisión correcta, una opción de supervivencia, una de sanidad mental mientras nos mantenemos leales al llamado interno. En relación a evitar estar presente, David cita al creador de la tira cómica Doonesburry, Garry Trudeau que dice, «Estoy tratando de cultivar un estilo de vida que no requiera de mi presencia.»42

¿Qué ocurre cuando no escuchamos a nuestra voz interior, a nuestro fuego interior, a los deseos que el alma está expresando, al pretender que esos deseos no se encuentran presentes? En realidad, pagamos un precio muy alto, expresado en la acumulación de humo. En muchos casos ese humo se transforma en una adicción, la única forma como quizá hayamos encontrado para sobrellevar el dolor y la aflicción que nos ha traído el que hayamos traicionado nuestra alma. El dolor que sentimos debido a la traición es tan grande que el entumecimiento, el aturdimiento es el analgésico escogido. La respuesta parece simple, escuchar el llamado del alma, satisfacer los deseos que hemos tenido durante toda una vida. Se presenta en la forma de una decisión, como una bifurcación en el camino, como una oferta a transformarnos en adultos. ¿Qué escogeremos?

En uno de sus poemas, David dice…
«Siempre esta energía arde sin llamas en el interior
cuando se mantiene apagada
el cuerpo se llena de humo denso.
«… Un recordatorio que negarse a abrirse al fuego y a la vitalidad en nuestra naturaleza, ya sea en el océano o en la cresta de la ola de una tormentosa reunión en la oficina no un proceso pasivo. No podemos abandonar nuestro fuego interior sin dañarnos a nosotros mismos en el proceso. Una cierta vitalidad arde sin llamas en nuestro interior, sin importar si tiene una salida o no. Cuando se mantiene apagada, el cuerpo se llena de humo denso. Creo que todos vivimos con la esperanza de que podemos postergar nuestros imperativos creativos hasta más tarde, y no ser perjudicados en el proceso. Pero al rehusar darle un espacio al fuego, nuestro cuerpo se llena de un humo corrosivo, como si hubiéramos cubierto la llama y quitado el oxígeno. El interior del cuerpo se entumece y se ahoga con la materia granulosa. Los componentes tóxicos del humo son el resentimiento, la culpa, la queja, la autojustificación, y el martirio.

«Mientras más descuidamos el fuego, más somos vencidos por el humo. Pero, al menos tenemos el consuelo de recordar el viejo dicho, No hay humo sin fuego. Si estamos sufriendo las consecuencias de la asfixia del combustible que arde sin llamas en nuestro interior, al menos tenemos consciencia de que hay un fuego y combustible el cual podemos encontrar para respirar del mismo.»43
El humo también puede ser creado al excederse en ciertas actividades que son consideradas positivas por aquellos que nos conocen. Esto se llama trabajolismo, una adicción interesante, ya que es una que es halagada por la sociedad, hasta que varios aspectos de la vida del trabajólico se comienzan a desintegrar, por supuesto, generalmente comenzando con las relaciones familiares. Y así, cuando descansamos, recobramos la conciencia de nuestros pensamientos y sentimientos, aquellos que hemos estado reprimiendo al mantenernos constantemente ocupados.
En otras palabras, el trabajolismo es una forma de evitar el ser, y llevado a un lugar más profundo, es evitar satisfacer los deseos del alma, del fuego interno.
David lo expresa al decir que,
«Al tomar tiempo para nosotros mismos y permitirnos descansar en el interior del cuerpo nos da permiso para que nuestra vida inconsciente más profunda se despierte. Las imágenes pertinentes a nuestro futuro espontáneamente comienzan a surgir a la superficie. Un cierto fuego interno comienza a arder. Estas imágenes se relacionan con los deseos más profundos y quizá más preciosos. Intuimos que la lengua está más cerca de articular estas imágenes cuando sentimos al mismo tiempo un regocijo extraño y familiar teñido con aflicción, vergüenza, y a menudo, si se han mantenido sin ser expresadas, arrepentimiento.»44
Luego, si dejamos que pase el tiempo, si no nos importa vivir con el humo, si los que nos rodean también están llenos de humo, si se hace normal no escuchar las persistentes llamadas del fuego, ¿podemos siquiera olvidarnos de que, antes que nada, hay un fuego?
Una participante de uno de los cursos de David contó su historia con palabras bien precisas. Ella y los demás se sorprendieron con el relato de su historia, por la intensidad y dolor de su simple mensaje. Todos lo sintieron en su interior, con propiedad, con un sentimiento compartido que deseaban que no hubiera ocurrido. «No, no, a veces es mejor no permitir que tus sentimientos acepten compartir una experiencia,» se podrían haber estado diciendo. Sin embargo, era demasiado tarde. Ella ya había contado su historia, destapado la olla, creando una confusión que desordenaba todos los jardines y vidas perfectamente organizados de los presentes.
«Hace un tiempo, en la AT&T (principal corporación telefónica de EE.UU.), me encontré trabajando con una sala llena de gerentes especialmente sensibles. Estábamos viendo la forma cómo los humanos encuentran necesario sacrificar sus propios deseos sagrados y visiones personales al altar del trabajo y el éxito. Luego de esta conversación, una mujer escribió las siguientes líneas. Las leyó lentamente desde el fondo de la sala, sin estar consciente de lo golpeados que estábamos por el silencio que ella había creado.
«Hace diez años…
Giré mi cara por un momento
y se transformó en mi vida.»45
IV. Mis descubrimientos
El niño ha sido olvidado, ha sido dejado solo en un espacio nebuloso, mirando para todos lados, sin saber a quien acudir. Yo estoy allí. De súbito, me doy cuenta de que es mi niño, el que solía jugar con cerillos, el que se cautivaba con el parpadeo de la llama, por el calor del fuego. El adulto se olvidó de la llama y del fuego, ya que no había mucho que recordar. El adulto se olvidó del niño, fue algo que no se grabó. El adulto soy yo.
¿Cómo se siente un niño traicionado? No lo sé. Tendría que hablar con él. Es algo atemorizante, e incluso, vergonzoso. ¿En dónde te encuentras, niño? ¿En dónde están tus cerillos? ¿Aún estás fascinado con la llama y el fuego? O, ¿también los has olvidado? Hazme saber si los recuerdas, a lo mejor, me puedes mostrar cómo mantenerlos vivos.
Veo cómo he olvidado el fuego interno, los deseos del alma, y en ese proceso he pagado un alto precio, el humo llenándome los pulmones, empañándome la visión, entumeciéndome. Sentimientos, intimidad, relaciones, un lejano recuerdo de años pasados. Poesía, sí, he escuchado al respecto, hace mucho tiempo, ya que por mucho tiempo ha estado ausente de mi vida, así como trato, tan seguido como puedo, de limpiar el humo que hay enfrente de mí, detrás de mí, en mi interior. Sólo veo el humo, y casi nada más. Sí, es sofocante. El peligro es que después de un tiempo no podía distinguir si había algo de humo. La vida, pensé, tenía humo. Eso es todo. Es gracioso, porque mi padre era un bombero voluntario. Cuando él solía apagar un incendio, se aseguraba de que estuviera totalmente apagado. En mi caso, es una pérdida desde el comienzo, ya que el fuego del alma no puede ser apagado, sólo transformado en humo.
El fuego es eterno , la llama del fuego ha estado inspirando creatividad y expresión alma desde que la vida existe. Todas las generaciones se nutren de ello, sin embargo, los jóvenes parecen adoptarla con más pasión. Están en la plenitud en la mayoría de los aspectos de la vida, y el fuego que arde en su interior lo hace a toda máquina. ¿Es por eso que tememos a los jóvenes, ya que es una comparación muy fea cuando nos observamos y nos damos cuenta que nos hemos olvidado del significado del fuego? Y entonces, ¿qué nos están diciendo los jóvenes, qué están escuchando? Muchas llamadas, desde muchas direcciones. Una de ellas es Jewel, una poetisa, cantante, pensadora, que llama a la pasión y al deseo por la vida y la satisfacción de los deseos del alma de un fuego vivo. Besa la Llama (Kiss the Flame) es una petición de compromisos no incompletos con la vida, de mantener el fuego, de arriesgarse a quemarse, de un hombre que conoce su corazón, deseoso de adoptar lo salvaje en su interior, lo indomado. Ella está llamando a hombres valientes, los que están dispuestos a dejar ir el humo al besar la llama, al adoptar el fuego.
«Besa la Llama»
Por favor, amor, no hagamos una promesa imparcial
Deja que todo se disuelva
Eso no es crucial ahora
Deseo un amor valiente, uno que me haga temblar en las rodillas
Quiero un amor loco, loco
Uno que me haga perder el control
Porque estoy cansada de todos estos peregrinos, estos puritanos, estos ladrones
De todos estos no creyentes que reducen el amor en las rodillas
Deja que estos caminos rápidos se destruyan solos
Deja que el mundo se duerma
Porque seremos perdonados
Quedaremos de pie
Para ver lo que queda del concreto y la miel
Besa la llama
Corramos con los buscados, los indomados
Besa la llama
Únete a los anónimos, los sin nombre
Besa la llama
Hay pesadillas en las aceras
Hay chistes en la televisión
Hay gente vendiendo negligencia
Con muchas víctimas
Pero, ¿por qué eres tú, Romeo?
¿A dónde han ido todos los hombres valientes?
Muéstrame un hombre que conoce su propio corazón
A él perteneceré
Besa la llama
Besa la llama
Besa la llama
Por favor, amor, no hagamos una promesa imparcial»46
«Kiss the Flame
Please love let’s make no impartial vow
Let all fall away
That’s not crucial now
I want a brave love, one that makes me weak in the knees
I want a crazy, crazy love
One that makes me come undone at the seams
‘Cause I’m tired of all these pilgrims, these puritans, these thieves
Of all these unbelievers who whittle love down at the knees
Let these swift roads destroy themselves
Let the world fall into its sleep
For we shall be spared
We shall be left standing
To face what’s left of concrete and honey
Kiss the flame
Let’s run with the hunted, the untamed
Kiss the flame
Embrace the faceless, the unnamed
Kiss the flame
There are nightmares on the sidewalks
There are jokes on TV
There are people selling thoughtlessness
With such casualty
But wherefore are thou Romeo
Where have all the brave men gone
Show me one man who knows his own heart
To him I shall belong
Kiss the flame
Kiss the flame
Kiss the flame
Please love let’s make no impartial vow»46
Referencias
1. The Random House Dictionary of the English Language, Second Edition Unabridged, Random House, Inc., p. 721.
2. Ibid, p. 837.
3. Carl Kerényi. Dionysos, archetypal image of indestructible life, Bolingen Series LXV, Princeton University Press, Princeton, New Jersey, p. 33.
4. Ibid, p. 77.
5. Ibid, p. 78
6. Erich Neumann. The Great Mother, Bolingen Series XLVII, Princeton University Press, Princeton, New Jersey, p. 60.
7. Ibid, p. 219.
8. Ibid, p. 220.
9. Ibid, p. 225.
10. Ibid, p. 285.
11. Ibid, p. 310.
12. Ibid, p. 310.
13. Ibid, p. 311.
14. Ibid, p. 312.
15. Linda Schierse Leonard. Witness to the fire, creativity and the veil of addiction, Shambala Publications, Inc., Boston Massachusetts, p. 258.
16. Ibid, p. 59.
17. Ibid, p. 321.
18. Ibid, p. 95.
19. Ibid, p. 100.
20. Ibid, p. 259.
21. Ibid, p. 308.
22. Ibid, p. 291.
23. Joseph Campbell. The hero with a thousand faces, Bollingen Series XVII, Princeton University Press, Princeton, New Jersey, p. 182.
24. Ibid, p. 184.
25. Ibid, p. 247.
26. Ibid, p. 248.
27. Ibid, p. 261.
28. Doug Boyd. Mad Bear, Touchstone, Simon & Schuster, New York, p. 239.
29. Ibid, p. 331.
30. Arnold Mindell. Sitting in the Fire, Large group transformation using conflict and diversity, Lao Tse Press, Portland, Oregon, p. 17.
31. Ibid, p. 18.
32. Ibid, p. 18.
33. C.G. Jung. The Archetypes and the Collective Unconscious, Bollingen Series XX, Princeton University Press, New Jersey, p. 33.
34. Ibid, p. 51.
35. Ibid, p. 224.
36. Ibid, p. 314.
37. Ibid, p. 316.
38. Ibid, p. 356.
39. Timothy Leary. Flashbacks, an Autobiography. Jeremy P. Tarcher, Inc., Los Angeles, California, p. 219.
40. David Whyte. The Heart Aroused. A Currency Doubleday Book, New York, NY, p. 84.
41. Ibid, p. 87.
42. Ibid, p. 88.
43. Ibid, p. 91.
44. Ibid, p. 229.
45. Ibid, p. 230.
46. Jewel Kilcher. Spirit. Atlantic Records Corporation, New York, NY, song #4