Abuso de drogas y alcohol

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Abuso de drogas y alcohol

Vladimir Huber, Agosto 1999

1.Los modelos comunes de adicción son:

Podemos ver los modelos de adicción en dos formas básicas, como lo menciona Darryl Inaba en «Uppers, Downers, All Arounders» (Subidores, bajadores, y drogas generales), y Stephanie Brown en «Treating the Alcoholic» (Tratamiento del alcohólico).

Inaba los agrupa en tres modelos básicos, que son:

Modelo de enfermedad adictiva

«Este modelo define la enfermedad de adicción como una condición crónica, progresiva, recurrente, incurable y potencialmente mortal, que es en su mayor parte una consecuencia de irregularidades genéticas en los neurotransmisores, enzimas, y tejidos cerebrales que pueden ser activadas por el abuso de drogas.» 1

Esta teoría le da un mayor valor al componente hereditario que al medio ambiente como motivo del uso descontrolado y compulsivo de drogas, estableciendo que las personas que tienen características hereditarias especiales reaccionan en forma distinta a la misma droga o experiencia que el resto de la población.

De acuerdo a este modelo, la definición de enfermedad adictiva incluye lo siguiente:

•consumo excesivo e impulsivo de drogas, intoxicación,
necesidad de continuar el abuso;

• las drogas toman control de la voluntad de quien las consume;

• fallan los intentos de mantener abstinencia, y se tiende al abuso compulsivo;

• el abuso de drogas crea problemas físicos, mentales, o sociales, y sin embargo el comportamiento continúa;

• se crean problemas con la ley, en el trabajo, con relaciones personales, pérdidas momentáneas de conocimiento, o algunas otras condiciones de invalidez o incapacidad.
Modelo de comportamiento y del medio ambiente

«Esta teoría enfatiza la avasalladora importancia de las influencias ambientales y de desarrollo en dirigir al usuario a desarrollar un comportamiento adictivo.»2

De acuerdo a varios estudios, esta teoría establece que los factores ambientales afectan el balance químico del cerebro, mencionando que la presión de los compañeros, el abuso, enojo y otros factores ambientales producen tensión física y emocional que pueden fomentar el consumo y abuso de drogas. Un ejemplo es que es posible que la tensión crónica reduzca los niveles de met-encefalina (un neurotransmisor) en el cerebro de ratones. Esto hace que los ratones que normalmente evitan el alcohol tienden a estar más dispuestos a consumirlo.

El modelo de comportamiento y medio ambiente enfatiza los seis niveles de consumo de drogas: abstinencia, experimentación, consumo social o recreativo, habituación, abuso, y adicción.
Modelo académico

«En este modelo, ocurre adición cuando el cuerpo se adapta a los efectos tóxicos de las drogas a los niveles bioquímicos y celulares. El principio es que dadas cantidades suficientes de drogas durante un período apropiado, ocurren cambios en las células corporales y cerebrales que llevan a la adicción.»3

Este proceso se caracteriza por cuatro cambios fisiológicos:

• tolerancia: existe un aumento en la resistencia a los efectos de las drogas, lo que crea la necesidad de utilizar dosis más y más grandes;

• dependencia de los tejidos: ocurren cambios reales en las células del cuerpo debido a un consumo excesivo, creando una dependencia en la droga para que el cuerpo mantenga un balance;

• síndrome de abstinencia: si se interrumpe el abuso de drogas, aparecen señales y síntomas físicos de dependencia en los tejidos;

• dependencia síquica: el adicto desea repetir los efectos causados por las drogas, y estos efectos refuerzan el deseo de continuar consumiendo las drogas.

Por otro lado, el libro «Treating the Alcoholic» (Tratamiento del alcohólico) de Stephanie Brown, tiene aspectos similares a la perspectiva de Inaba de los modelos, pero su agrupación es distinta. Me pregunto si algunas de las diferencias se pudieran deber a la diferencia de las sustancias reales, ya que Inaba se refiere a todos los tipos de sustancias adictivas, mientras que Brown sólo se refiere al alcohol.

Brown menciona seis modelos, y estos están basados en el trabajo de Kissin (1977).

1.Modelo médico

Este modelo «está basado en el concepto de enfermedad, y por ello designa al médico como el terapeuta primario». 4 Hace hincapié en los mecanismos biológicos, sin poner demasiada atención en los factores sicológicos o sociológicos. El uso de tranquilizantes y de medicamentos juegan un papel muy importante.

Modelo de modificación del comportamiento

«Hace hincapié en los principios de condicionamiento, tanto para comprender el desarrollo del alcoholismo como para su tratamiento.»5 En el tratamiento, este modelo incluye terapia de modificación de comportamiento, condicionamiento de aversión, y modificación del comportamiento por medio de refuerzo positivo.

Modelo sicológico

Aunque en este modelo Brown hace hincapié en el conflicto subconsciente, de acuerdo a Kissin ella incluye aspectos de la «personalidad alcohólica», conceptos tales como siquiatría social, «el nivel de inmadurez del alcohólico, sus deficiencias para relacionarse personal y socialmente, y su falta de disposición para enfrentarse a la realidad». 6

Modelo social

La dependencia sicológica es el resultado de fuerzas sociales, que son la clave para este modelo. Kissin también incluye «nivel socioeconómico, grupo étnico, costumbres subculturales, y elementos de interacción familiar». 7 Como uno de los factores principales en el éxito de Alcohólicos Anónimos, Kissin menciona aprobación de los compañeros, y la forma en que este modelo ha sido incorporado en los programas de tratamiento.

Modelo de Alcohólicos Anónimos

Aunque este no es un modelo formal, Kissin lo toma en consideración ya que «es uno de los principales sistemas de tratamiento». 8 El propósito de Kissin es comprender este sistema y ver quiénes son sus mejores candidatos.

Modelo multivariante

Hace hincapié en la validez de los modelos previamente mencionados, promoviendo la idea de selección cuidadosa de un modelo y de un tratamiento adecuado a cada individuo.

No estoy seguro de esta definición. No comprendo por completo si está expresando que utiliza una variedad de modelos para seleccionar los mejores aspectos de cada uno de ellos, y luego los asocia para tratar a un individuo, o si sólo utiliza un solo modelo, el más adecuado a un individuo en particular. Yo preferiría la primera opción, a la que yo llamaría el «modelo ecléctico».

Concuerdo con Brown cuando ella menciona que todos los modelos son inadecuados, al enfocarse en el alcohólico que bebe, mientras se ignora la abstinencia y la recuperación. Además de ver la adicción como algo estático, en vez de un proceso evolutivo. La principal deficiencia para mí es que todos los modelos están basados en teorías médicas, sicológicas y sociales tradicionales, sin tomar en consideración la influencia arquetípica de nuestros deseos, que yo considero son la base de la adicción. Este concepto se expande en el punto #5.

2. Admitir una falta de poder es esencial a la filosofía de AA.

Porque ese es el principio básico de los 12 pasos del programa de AA, para rendirse a un poder supremo, ya que hasta ahora todo lo que el alcohólico ha intentado no ha dado buenos resultados. Por lo tanto, el poder viene del más allá, no de los humanos, sino de Dios, de acuerdo a AA.

En la página 59 del Big Book (Gran Libro), el texto básico de Alcohólicos Anónimos, AA establece los 12 pasos, que son:

1. Admitimos que no tenemos poder sobre el alcohol, que hemos perdido el control sobre nuestras vidas.

2. Descubrimos que un poder superior a nosotros puede restaurar nuestra salud mental.

3. Tomamos la decisión de entregar nuestra voluntad y nuestras vidas al cuidado de Dios, tal como Lo entendemos.

4. Tomamos un inventario moral de nosotros mismos, buscando la verdad sin temor.

5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestros errores.

6. Estamos completamente listos para que Dios elimine todos estos defectos de carácter.

7. Humildemente le pedimos a Dios que elimine nuestras imperfecciones.

8. Hicimos una lista de todas las personas a las que hemos lastimado, y estamos deseosos de compensarlos a todos ellos.

Compensamos directamente a dichas personas, siempre que sea posible, excepto cuando hacerlo pudiera lastimarlos a ellos o a otros.

Continuamos tomando inventario personal, y cuando estábamos equivocados, rápidamente lo admitimos.

Buscamos a través de las oraciones y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, tal como Lo entendemos, rezando sólo para conocer el poder que tiene sobre nosotros, y la voluntad para cumplir con el mismo.

Habiendo tenido un despertar espiritual como resultado de seguir estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a los alcohólicos y practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
Al no contar en el poder humano, los miembros de AA aceptan el poder de Dios. La creencia básica es que los humanos, probablemente no son capaces de resolver la adicción alcohólica que sufre la persona, ya que esa persona había tratado de muchas formas y todas habían fallado, así que el único recurso que quedaba era una intervención no humana, y eso sólo puede suceder si el alcohólico es lo suficientemente humilde para aceptar la falta de poder, para rendirse ante Dios.

3.Las formas en que la familia de un individuo puede relacionarse con la gestación, la evaluación, y el tratamiento de desórdenes de abuso de drogas (incluyendo recaídas).

En general, se da énfasis en el individuo que es considerado alcohólico. Al resto de los miembros de la familia, a menos que también sean alcohólicos, normalmente no se les recomienda recibir terapia o asistir a AA, Hijos Adultos de Alcohólicos, o a ningún otro tipo de tratamiento. Esto es un gran error, ya que toda la familia está influenciada por el comportamiento del individuo alcohólico, por lo que debe considerarse a todos como miembros de una familia alcohólica.

La idea es que sólo el alcohólico debe mejorarse y, sin embargo, todos los miembros de una familia de alcohólicos tiene una peculiaridad común, que es la codependencia. Los Drs. Gay y Kathlyn Hendricks —con quienes estudié— en su libro «Conscious Loving» (Amor consciente), página 7, expresan que el diccionario aún no incluye una definición para codependencia, pero que incluye varios significados para la palabra dependiente. Dicen que de acuerdo al diccionario «Webster’s New World Dictionary», dependiente significa (1) colgando, (2) determinado por alguien más, (3) se apoya en algo más, y (4) subordinado.

Los Drs. Hendricks también establecen que la primera definición, «colgando» es particularmente importante, ya que la depresión está relacionada en forma intrínseca a la codependencia. En términos de relaciones, son en realidad enredos. Ellos agregan que es como una red de la que es difícil escapar, lo que limita la libertad de aquellos que se encuentran enredados en la misma.

Aunque pertenecer a una familia alcohólica es una experiencia dolorosa para cada uno de sus miembros, de alguna forma todos los miembros están colaborando a la perpetuidad de los patrones destructivos que forman esa familia alcohólica, como lo indica Brown en el capítulo 8.

Hace apenas unas cuantas décadas, la esposa y los hijos de un alcohólico no eran considerados como candidatos para tratamiento, pero los tiempos cambian, y ahora todos los miembros de la familia generalmente son enviados a uno u otro tipo de tratamiento.

El término «familia alcohólica» se refiere a la familia en la que el alcohol es el principio organizador, como lo establece Brown. El otro ingrediente principal es la negación de esta característica.

Muchas de las personas que buscan terapia por una gran variedad de razones, tales como dificultades en el matrimonio, depresión, ansiedad, problemas profesionales, etc., podrían tener una causa básica común, que puede ser haber crecido en una familia de un alcohólico. Hasta que esa causa no sea reconocida, el trabajo de terapia permanecerá a un nivel superficial, mejorando algunos síntomas, pero sin llegar a la causa de los problemas.

Además, es posible que el alcohólico activo haya crecido también en una familia alcohólica, lo que es posible que niegue, al igual que lo hacen sus hijos con respecto a él y a la situación familiar en general. Hasta que él acepte esta realidad, su tratamiento no avanzará mucho hacia su recuperación y sanación.

El esposo o la esposa pasa por muchos cambios dramáticos a medida que progresa el comportamiento del alcohólico. Es posible que el esposo o la esposa trate de encubrir su comportamiento, pero puede llegar al punto en que no sea posible seguir encubriéndolo. Entonces, él o ella debe enfrentarse a la dura realidad de que su esposo (o esposa) es alcohólico, que ella lo estaba encubriendo, y que posiblemente, como sucede a menudo, su padre también era un alcohólico, y ella no lo quería admitir a sí misma, por temor a destruir los recuerdos de su padre, como Sandra comenta su vida en la página 258 del libro de Brown.

Una vez que la familia acepta el hecho de que existe adicción y comienza el tratamiento, es importante que no todos los miembros de la familia sean tratados de la misma manera, ya que cada miembro de la familia puede haber sido afectado de distinta forma. También depende de la magnitud del daño en sus distintas formas causado a cada uno de los miembros de la familia, como el abandono y el abuso físico, emocional, y sexual, para nombrar algunos.

AA cuenta ahora con centros en todo EE.UU., y también en muchos otros países, a los que pueden asistir las personas que crecieron en familias de alcohólicos. Estos se conocen como centros para hijos adultos de alcohólicos (ACA). Para los adolescentes, AA tiene grupos como Alateen, aunque niños más pequeños también pueden asistir a ellos a recibir terapia infantil, para curar las heridas causadas por los años de abandono y abuso. También se considera como una medida positiva que los miembros de una familia alcohólica asistan a estos grupos mientras que también reciben terapia individual.

Cuando la esposa y, a veces, los hijos reconocen que existe alcoholismo, sufren mucho de sentimientos de culpa, ya que han aceptado una situación en la que no deseaban estar, pero a la que las circunstancias los forzaron. La/el cónyuge se siente solo, ya que ellos han abandonado el papel de víctima y salvador. Ahora que todos deben adquirir nuevos roles en su vida, es posible que no sepan cómo hacerlo. Se encuentran en territorio desconocido. Tienden a ir y venir de sus conceptos anteriores y actuales de la realidad, aceptando y abandonando su nueva fuerza para encararse a su nueva realidad, habiendo abandonado la actitud de negar la realidad.

En términos de recaída, es algo que afecta a toda la familia, a cada uno de sus miembros en su propia forma. Generalmente un sentimiento de demasiada confianza puede hacer que el alcohólico vuelva a beber. Una de las medicinas recetadas para evitar las recaídas es «Antabuse», que causa náuseas si la persona bebe mientras toma el medicamento. Para evitar la náusea, la persona no debe tomar el «Antabuse» durante tres días. Es necesario que exista un deseo por parte del alcohólico para dejar de beber, para que continúe tomando el medicamento.

Mientras más estén dispuestos los miembros de la familia a hacer su trabajo interno, más fácil será para toda la familia, incluyendo al alcohólico, sanar gradualmente las heridas que ocasionó la adicción en primer lugar. Por supuesto, como en cualquier tipo de crecimiento y cambio, existen momentos de miedo ante la nueva realidad, ya que se trata de una nueva experiencia. Los miembros de la familia de un alcohólico conocen muy bien el dolor y la vergüenza, la desesperanza y la depresión, así que cuando la nueva realidad comienza a presentarse en sus vidas podrían sentirse aprensivos. Eso es lo que George Leonard en su libro, Mastery, llama «homeostasis», en referencia al proceso fisiológico que intenta restaurar normalidad en el cuerpo físico. De la misma forma, es posible que cada uno de los miembros de la familia de un alcohólico trate de restaurar la «normalidad,» la forma anterior de vida, en su vida individual y colectiva, ya que la forma anterior es algo que conoce bien. Pero, con esperanza, por medio de tratamientos y grupos de apoyo, podrían gradualmente llegar a aceptar la nueva realidad, aceptando la sanación que está sucediendo en sus vidas.

Mecanismos fisiológicos de tolerancia y abstinencia. El papel que juegan en la adicción. Algunas personas desarrollan tolerancia y abstinencia a las drogas sin desarrollar una adicción.

El concepto fisiológico básico es que el cuerpo considera que cualquier droga que se le introduce es una toxina, así que varios órganos, principalmente los riñones y el hígado, tratarán de deshacerse de ella para evitar que cause daños al cuerpo. Cuando el abuso continúa, el cuerpo no reacciona de la misma manera, ya que se está acostumbrando a la sustancia extraña, a la que deja de considerar extraña. Debido a esta adaptación del cuerpo, el adicto debe tomar mayores cantidades de la droga para obtener el mismo efecto.

Esto está relacionado al proceso de homeostasis mencionado en la pregunta anterior.

Existen siete distintos tipos de tolerancia, de acuerdo a «Uppers, Downers, All Arounders» » (Subidores, bajadores, y drogas generales) de Inaba, en la página 54.

1. Tolerancia de disposición. Sucede principalmente con barbituratos y alcohol, cuando el cuerpo acelera la descomposición (metabolismo) de la droga, para eliminarla. Debido a esta reacción, es necesario ingerir más droga para alcanzar el mismo tipo de intoxicación.

2. Tolerancia farmacodinámica. Con los opioides, el cerebro genera más receptores, produciendo su propio antagonista, colecistoquinina. La tolerancia farmacodinámica sucede cuando las células nerviosas disminuyen la sensibilidad a los efectos de la droga.

3. Tolerancia de comportamiento. La persona aprende a cambiar las regiones del cerebro usadas dependiendo de la ocasión, tal como parecer sobrio ante la policía, pero ebrio una vez que la policía se ha ido.

4. Tolerancia contraria. La tendencia a ser más tolerante a la droga se invierte debido a la edad o a la destrucción de tejidos, tales como los tejidos del hígado en el caso de los alcohólicos. El alcohol como tal pasa a través del cuerpo una y otra vez, ya que el hígado con cirrosis no metaboliza (digiere) el alcohol.

5. Tolerancia aguda (taquifilaxis). Es una adaptación instantánea del cuerpo a la droga, tal como ocurre con el tabaco, que comienza con la primera fumada.

6. Tolerancia selectiva. Aunque la tolerancia al éxtasis emocional aumenta, la tolerancia a los efectos físicos también aumenta, pero a un ritmo muy distinto. Es por ello que la cantidad de droga necesaria para obtener un éxtasis emocional se acerca a la dosis letal de la droga. Para cada droga el grado de tolerancia es distinto.

7. Tolerancia inversa. (kindling, prender fuego. Después de un largo período de obtener un efecto mínimo de la droga, repentinamente el adicto tiene una reacción intensa, debido a los cambios en la química cerebral.

Los síntomas de abstinencia pueden ser muy dolorosos, emocional y físicamente, ya que el cuerpo trata de ajustarse al gran cambio de no recibir una substancia a la que se había acostumbrado. El uso de esa droga en particular ha creado tolerancia y dependencia en los tejidos. Todos los cambios creados por el cuerpo para apoyar la presencia constante de tal substancia, repentinamente no son necesarios, pero siguen estando presentes, de tal forma que el cuerpo trata de restaurar su balance original, produciendo cambios emocionales y físicos, como dolores, insomnio, vómitos, calambres, diarrea, escalofrío y, en ocasiones, convulsiones y alucinaciones.

Algunos adictos continúan consumiendo la droga para evitar las dolorosas experiencias, tanto físicas como emocionales, de los síntomas de abstinencia.

En términos de tolerancia y abstinencia sin adicción, depende de las condiciones emocionales y físicas de la persona. Por ejemplo, los niveles de abuso tienen mucha influencia, como la cantidad, la frecuencia y la duración del abuso de la droga sicoactiva. Digamos que la droga es el alcohol, y que alguien ha estado bebiendo seis cervezas (cantidad), como establece Inaba, dos veces a la semana (frecuencia) durante 12 años (duración), pero sin desarrollar ningún problema. Por otro lado, otra persona podría sólo beber los viernes, pero no deja de beber sino hasta que pierde la conciencia.

Es posible que la segunda persona tenga más problemas con la ley, de salud y económicos, y yo añadiría, también con la familia. Este último parece estar evitando ciertos asuntos en su vida, así que «necesita» perder la conciencia. El componente emocional presenta más dificultades a la segunda persona; por lo tanto, la posibilidad de que se presente adicción emocional parece ser mayor en la segunda persona que en la primera.

Es posible que la primera persona desarrolle algunos síntomas de tolerancia y abstinencia a nivel físico, pero sus emociones podrían no verse afectadas demasiado si dejara de beber y, por lo tanto, sin síntomas emocionales importantes.

Enfoques acerca de la prevención del abuso de sustancias. El rol que el conocimiento de los arquetipos juega en la prevención.
El consumo y abuso de las drogas y el alcohol ha cambiado a través de los tiempos, y esto ha dependido de la cultura del país y, en ocasiones, de la cultura de la región. Con frecuencia, también, la religión ha jugado un papel importante en determinar la actitud hacia el uso de sustancias que alteran el estado de ánimo. Por ejemplo, durante los años de la prohibición en los Estados Unidos, era ilegal vender alcohol, así que se desarrolló el comercio ilegal, generalmente controlado por sindicatos del crimen, que distribuían el alcohol por todo el territorio de los Estados Unidos. Esto se relaciona al punto de vista puritano de la vida y a sus actividades con relación al esparcimiento. Incluso ahora, en las áreas de Utah, en las que existe una gran proporción de mormones, es difícil hallar alcohol, debido a la oposición que tiene esta religión a su consumo. Algo similar ocurre en áreas de Pennsylvania y en otras partes de EE.UU.

La prevención también ha sido impulsada a través de campañas gubernamentales, aprovechando los medios de comunicación en todas sus formas, así como en las escuelas privadas y públicas, en que se educa a los niños acerca de los peligros del abuso de drogas y alcohol. Al parecer estas campañas no han atemorizado a los niños lo suficiente, ya que el consumo de drogas ha llegado al nivel más alto en la historia de EE.UU.

La policía, junto con las campañas en los medios de comunicación y la educación, ha tenido un papel importante en la confiscación de drogas, así como lo han tenido los gobiernos a nivel estatal y federal, aumentando las multas y el tiempo en prisión que se imponen a aquellos que quebrantan la ley.

La mayoría de las personas que se encuentran en prisión están ahí con cargos relacionados a las drogas. Las prisiones están tan llenas que en ocasiones los jueces ordenan que se ponga en libertad a un gran número de prisioneros, ya que no hay suficiente espacio para todos ellos. Normalmente se deja en libertad a los prisioneros que no son violentos, para tener espacio para los violentos que están por llegar. El gobierno ya no tiene medios para proporcionar espacio para todos los prisioneros, así que ha buscado una solución al problema en el sector privado. Algunas compañías privadas han construido prisiones, que luego administran para el gobierno a un cierto costo.

No existe una solución al problema de consumo de drogas en este país si el peso de la ley y las tácticas de miedo son la única forma en que se promueve la abstinencia al consumo de drogas. Culturalmente no tenemos una forma de satisfacer el deseo arquetípico de pasar a lo imaginal, ya que la mayoría de los rituales, si los ha habido, han desaparecido de nuestras prácticas culturales. Uno de los pocos rituales creados por nuestra cultura es el comercio, al punto de que algunas personas se han convertido en compradores compulsivos, por lo que se han creado grupos que dan asistencia a aquellos adictos a comprar.

Otras culturas tienen rituales en los que las comunidades comparten un momento, o en ocasiones, días, durante los cuales invocan la presencia de aliados, ancestros, deidades, y otras entidades que apoyan a la comunidad, ayudando a unirla, como forma de recordarles que son un grupo de personas con un propósito común. Durante estos rituales ellos llegan a los límites del mundo material y más allá, por medio de distintas prácticas, la mayoría desconocidas a la cultura blanca occidental. Estas prácticas, además de satisfacer la necesidad arquetípica de dirigirse a lo imaginal, también fomentan un sentido de comunidad, que es totalmente necesario para nosotros como individuos y como grupo, ya que somos seres humanos, con una necesidad profunda de pertenecer.

El aislamiento de los individuos en esta cultura, debido al énfasis excesivo en ser independientes, así como a la búsqueda de la felicidad por medio de la adquisición de posesiones materiales, ha rechazado todos los tipos de prácticas creativas, espirituales, y de sanación que pudieran sanar las heridas provocadas por el aislamiento. El propósito es crear una unión entre las personas de distintos antepasados culturales, espirituales, y religiosos, para aunar esfuerzos por un fin común. En este caso, esa meta es la de ayudar a reintegrarse a una vida productiva a aquellos que se encuentran sufriendo una adicción.

Hasta que decidamos unirnos como personas de distintas creencias y antepasados raciales, étnicos, religiosos, y socioeconómicos no podremos disminuir el dolor que la adicción al alcohol y las drogas está causando en nuestra sociedad. Al crear una comunidad, aceptar nuestras diferencias como algo que nos beneficia a todos, y al buscar lo imaginal, sanaremos las heridas dejadas por siglos de dolor que nos hemos causado entre sí por medio del aislamiento y del miedo a relacionarnos a un nivel más profundo.

La actitud actual hacia las drogas no puede tener éxito, ya que combate el instinto natural, el deseo arquetípico hacia lo imaginal, la creencia sagrada de que existe algo más que el mundo material que tenemos ante nuestros ojos.

Referencias

1. Inaba, Darryl; Cohen, William; Holstein, Michael. Uppers, Downers, All Arounders. CNS Publications, Inc., p. 66.
2. Ibid., p. 66.
3. Ibid., p. 67.
4. Brown, Stephanie. Treating the Alcoholic. John Wiley & Sons, Inc., p. 5.
5. Ibid, p.5.
6. Ibid, p.6.
7. Ibid, p.6.
8. Ibid, p.6.

Traducción: Patricia Porras, ingeniero químico, Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, México. Miembro, American Translators Association