A una madre querida

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Berkeley, Mayo, 1997

A una madre querida

Por Vladimir Huber

Me viste nacer, comer, llorar
luego, al paso del tiempo
gatear, caminar, cantar, y correr

Crecí y estudié, me transformé en un lolo
me puse rebelde, problemas hubieron
partí a recorrer mundo, y aún estoy en ello

El gatear y caminar lo hago con más rumbo
pero aún sigo tanteando lo que la vida me dio
Tengo el recuerdo tuyo, me ayuda en mi andar

Así como pasa el tiempo, tu recuerdo se hace más fuerte
Tu amor fue y es incondicional, del que nutre sin ahogar
Gracias por la vida que me diste, por la oportunidad de ser
Tu hijo que te quiere,
El Pepo,
Vlady